Ubicado en la zona árida más grande de Europa, en la costa de Almería, el Cabo de Gata acoge un impresionante paisaje desértico modelado por la actividad volcánica y bañado por las aguas del Mediterráneo. Debido a que goza casi todo el año de un gran número de horas de sol, es un lugar ideal para visitar en primavera en busca de sol y buen tiempo.
Hay pocos lugares cercanos donde sentirse perdido, tanto en el tiempo como en el espacio, y éste es uno de ellos. En el litoral del Cabo de Gata hay pequeños pueblecitos de pescadores y en el interior reducidas alquerías, que transmiten sosiego. Por fortuna este enclave ha escapado al urbanismo desenfrenado que padece en litoral andaluz, gracias a que el 23 de diciembre de 1987 fue declarado Parque Natural Marítimo-Terrestre. También es el mejor complejo volcánico fósil de la península, motivo geomorfológico por el que fue incluido en la red de geoparques, tanto europea como mundial, ésta última bajo los auspicios de la UNESCO. Acantilados, dunas fósiles, estepa litoral, conos volcánicos y saladares poblados por miles de flamencos y otras aves migratorias y limícolas dan vida a este singular espacio.
Además del paisaje y la vegetación desértica, te sorprenderá la arquitectura tradicional con cúpulas que emergen del suelo, cortijos de diseño minimalista o pueblos de casas cuadradas enjalbegadas con techos planos. Estas construcciones buscan la funcionalidad y la eficacia; los techos planos son para recoger la poca agua que llueve y almacenarla en aljibes cubiertos por sugerentes bóvedas blancas, el blanco de las edificaciones es para luchar contra el calor y los numerosos molinos ubicados en puntos estratégicos para aprovechar con mejor eficacia la fuerza del viento.
Escritores como Federico García Lorca, Juan Goytisolo y José Ángel Valente han reflejado en sus obras el maravilloso paisaje humano y físico del Cabo de Gata. También ha sido escenario de películas míticas como El planeta de los simios (Franklin.S Chaffner, 1968), Lawrence de Arabia (David Lean, 1962) o la primera entrega de En busca del arca perdida (Steven Spielberg, 1981).
Playas espectaculares
La costa del parque guarda las mejores y más solitarias playas de Andalucía. Su litoral es un lugar inmejorable para disfrutar durante todo el año del mar, con un sol que brilla casi todos los días; la comarca tiene 3.000 horas de sol anuales y una temperatura media anual de 20 grados. Aquí es posible bañarse en unos miles de metros cuadrados para uno solo, acompañado del silencio y de un modelado desértico de origen volcánico que dota a las playas de una plástica espectacular. Mónsul, Genoveses, Arco, Playazo, Muertos, San Pedro y del Plomo son algunas de las más hermosas que podemos encontar en los 45 kilómetros de costa que tiene el Cabo de Gata. Además, el viajero tiene un número incalculable de calas recónditas donde disfrutar de más soledad si cabe. De ineludible visita son: El Playazo, como su nombre indica una playa muy grande que está flanqueada por un castillo; Cala de Enmedio, encajonada por unas paredes que dibujan esculturas surrealistas, es uno de los lugares más bonitos del cabo y de los menos conocidos; y Playa de Mónsul, sin lugar a dudas la más hermosa por el sorprendente modelado volcánico y su duna rampante, un espectáculo geomorfológico que no deja a nadie indiferente. De todos los enclaves del parque, éste último es el preferido por los directores de cine para filmar. Las 12.000 hectáreas de aguas protegidas del cabo brindan unos fondos marinos que son muy apreciados por los aficionados al buceo, sobre todo la costa de Las Negras por sus aguas cálidas, donde crecen praderas de posidonias.
Dicho lo anterior, también hay que añadir la impronta que el turismo está dejando y seguirá dejando en los próximos años, en el paisaje del Cabo de Gata. De los cuatro hippies que recalaban por aquí, se ha pasado a un turismo intenso y a una gran colonización de urbanitas en busca de casas para una segunda residencia. Las viviendas han adquirido precios astronómicos y los antiguos cortijos fuera de los pueblos están muy solicitados. En Las Negras se ha producido un crecimiento urbano inmoral, en la isleta del Moro han surgido hoteles y casas de alquiler. Y en San José, lugar tradicional de pesca, afloran los restaurantes típicos en el puerto y la calle central. La virginidad de este espacio protegido está amenazada; un buen ejemplo es el famoso escándalo del hotel Azata del Sol en el término municipal de Carboneras, levantado en la playa del Algarrobico. Las obras fueron paralizadas en febrero de 2006 y sus 20 plantas están pendientes de demolición; una vergüenza. Estos días vuelve a estar de actualidad el tema del Algarrobico por la acción que ha llevado a cabo Greenpeace pintando un punto negro en su fachada.
Al margen del desarrollo turístico que han experimentando los pueblos de la costa, hay una serie de aldeas y cortijadas interiores, algunas ubicadas fuera de la zona de protección del parque, que guardan la esencia de esta tierra, en las que es posible ver la arquitectura popular más pura del Cabo de Gata, de formas sencillas y de diseño muy ingenioso para luchar contra la escasez de agua. Los Albaricoques, Fernán Pérez, las Hortichuelas, la Cortijada de los Martínez, la de los Jiménez o el abandonado Cortijo del Fraile, entre otros, son lugares que emanan autenticidad. Un paseo por el interior supone viajar a un pasado que poco a poco tiende a desaparecer.
Respecto a la artesanía tradicional, lo más interesante es la cerámica, las jarapas y los artículos elaborados con esparto. La cerámica presenta un variado número de objetos, donde hay elementos muy tradicionales como el cántaro o el botijo e innovadores como jarros y platos de formas estilizadas. La jarapa, un tejido rústico de colores y formas muy sugerentes, puede ser utilizada indistintamente como manta, alfombra o elemento decorativo en la pared. En esparto se pueden adquirir cuerdas, arreos, espuertas, esparteñas (alpargatas de esparto) y muchos otros utensilios, que dentro de unos años serán difíciles de encontrar, pues este material sólo lo trabaja la gente mayor. El mejor lugar para adquirir artesanía es Níjar, donde además se pueden ver los talleres de los artesanos.
Cocina con carácter
La gastronomía de la zona esta íntimamente ligada al mar. En la carta de los restaurantes abundan los platos elaborados con pescado. Junto al “pescaito” frito destaca el “caldo quemao”, una excelente sopa hecha con varios pescados a partir de un sofrito donde domina el sabor del pimentón. Al margen de los platos elaborados con productos marinos, la cocina del Cabo de Gata refleja la miseria histórica del lugar y la imaginación de los autóctonos para superarla. Hay un gran número de platos con materias pobres, pero muy bien combinadas que los hacen deliciosos: como los “gurullos”, una pasta artesanal de trigo que debe su origen a los árabes, el gazpacho de ajo blanco, o las “patatas a lo pobre”, una fritura de patatas con pimientos, cebolla y calabaza que suele ir de guarnición.
De practicar una agricultura de subsistencia, a convertirse en la huerta de Europa. Así es conocida Almería en muchos países de la Unión Europea. Esta provincia andaluza es la mayor productora de hortalizas del mundo. Con la construcción de los primeros invernaderos durante los años sesenta se inició una revolución agrícola que adquirió su madurez en los noventa. Buena muestra es el gran número de invernaderos que hay en el Campo de Níjar, lindando con el parque de Cabo de Gata. Éste es el verdadero milagro que ha trasformado Almería y en consecuencia su gastronomía. En casi todos los restaurantes se suele obsequiar al comensal con una ensalada variada. Las verduras, antiguamente todo un lujo en la zona, son ahora abundantes en los platos, sobre todo se utilizan mucho como acompañamiento de los segundos.
La costa de los piratas
Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, debido a su poca demografía y a un litoral muy abrupto donde numerosas calas escondidas eran potenciales embarcaderos, el Cabo de Gata se convirtió en un gran escondite de piratas, que lo utilizaban como base logística para llevar a cabo ataques tanto en tierra como en el mar. Para luchar contra el fenómeno las autoridades levantaron un gran sistema defensivo compuesto por torres vigía y pequeños castillos a lo largo de toda la costa, que aún se mantiene. Las torres con las vistas más bellas son la de los lobos, la de la Mesa de Roldan y la de la Vela Blanca. Y los castillos más atractivos son el de San Felipe, erigido en los Escullos sobre bellísimas dunas fósiles junto al mítico Cerro de los Frailes, y el de San Ramón, ubicado en el extremo oriental del Playazo configurando una estampa preciosa.
Uno de los espacios más singulares del Cabo de Gata son las salinas y sus alrededores. Esta inmensa superficie de aguas salobres, en el extremo sur del parque, constituye una gran explotación salinera. Una industria sostenible que ha generado el ecosistema más valioso del parque, que desaparecería rápidamente en el momento que cesara su actividad. Los estanques o charcones de las salinas albergan un denso matorral de juncales y carrizal donde anidan o descansan en su migración más de 80 especies de aves. Hay numerosas casetas para observarlas sin molestar; en primavera y otoño es cuando se concentra el mayor número de aves. Entre otras, se pueden ver cigüeñas, garzas, patos, correlimos, archibebes y el emblemático flamenco rosado. Muy cerca de las salinas, como cierre al viaje, se puede disfrutar de un espectacular atardecer en el faro del Cabo de Gata, junto al Arrecife de las Sirenas; ver cómo el sol dora la escarpada costa volcánica que se adentra en un mar azul cobalto, mientras el faro despide al sol rotando mansamente su luz, no tiene precio.
Soy almeriense, así que sólo puedo decir cosas buenas de mi tierra, pero también dar algún consejo: en invierno también tenemos un clima privilegiado que te permite disfrutar de la playa, así que si preferís la tranquilidad esa es vuestra época del año. Si, por el contrario, preferís fiesta y mucho ambiente, ya podéis empezar a acercaros por aquí! 🙂
Marta, muy buen apunte, el invierno es ideal para disfrutar del Cabo de Gata; el repor es de esa época del año
Muy buen post y recomendación, la verdad es que no hace falta salir al extranjero para disfrutar de maravillas como esta.
http://www.callerural.com
Que maravillas tenemos tan cerquita de casa.