Hace muchas lunas hice un viaje que me llevó a Ecuador, Perú y Bolivia. Una especie de peregrinaje con el propósito de ascender montañas. Durante el primer mes en Ecuador las nubes no me dejaron ver un solo volcán y para no caer en una profunda frustración decidí canalizar mi energía hacia otra de mis pasiones, las aves.
En Ecuador se han contabilizado alrededor de 1.660 especies de aves, un número que sitúa al país en el cuarto lugar de la lista con mayor diversidad ornitológica, después de Colombia, Perú y Brasil. Su situación geográfica permite observar a la mayoría de las especies en cualquier época del año y su variedad de hábitats convierten a este pequeño país en una verdadera meca para los naturalistas.
El naturalista total
Si hay algún naturalista que no necesita presentaciones, ese es Charles Darwin. Definido por algunos como el naturalista total, estudió en profundidad la mayoría de grupos animales y vegetales. A pesar de no ser un buen alumno en su etapa académica, su innata curiosidad le llevó a descifrar el porqué de muchos procesos y fenómenos naturales que culminaron en la famosa teoría de la selección natural.
Para ello realizó un viaje de cinco años en un bergantín de 27 metros de eslora, el Beagle, capitaneado por FitzRoy. Aquel viaje transformó a un naturalista aficionado en un experto en historia natural, biodiversidad, ecología y geología. Pensar en Darwin es pensar en las islas Galápagos y en su teoría de la transmutación como él la llamaba. A Darwin le llevó muchas horas de observación detectar las diferencias entre las criaturas y fue el dibujante John Gould quien le advirtió de que en cada isla habitaba un pinzón terrestre distinto y que, además, ninguno guardaba parecido alguno con los del continente.
Las Galápagos del pobre
Pero durante mi viaje no había Beagle en el que enrolarse —ni siquiera como friegaplatos— y las opciones de visitar las Galápagos desaparecieron por completo cuando supe que la visita de una semana equivalía a mi presupuesto de cuatro meses de viaje. Así que, con la intención de poder contemplar alguna de las aves que contempló en su día Darwin, me dirigí al Parque Nacional Machalilla, en la provincia de Manabí, donde se encuentra la isla de la Plata, conocida por los birders de poco presupuesto como “las Galápagos del pobre”.
A pesar de este calificativo, Machalilla es un espacio natural interesantísimo con más de 120 especies de aves y varios endemismos ecuatorianos. En la isla de la Plata pude andar entre piqueros de varias especies y contemplar de cerca la belleza de un albatros de las Galápagos, quizás un descendiente de los que observó Darwin.
Hoy, 12 de febrero de 2015, se cumplen 206 años del nacimiento de Charles Darwin.
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