El paisaje por excelencia de los viñedos de La Rioja llega con el otoño. Puede ser que se haya convertido en un tópico, es cierto, pero es un tópico con fundamento. Resulta difícil describir esos paisajes sin utilizar expresiones como “explosión o festival de colores”, porque los rojos, ocres y amarillos saturan la vista de una manera espectacular. Es un paisaje de fiesta, de excesos cromáticos; un paisaje más de Carnaval que de los primeros fríos de otoño. Parece como si los viñedos, descargados ya de la responsabilidad de sus frutos, hubieran decidido dar la última fiesta antes de desnudarse para dormir plácidamente durante el invierno. Ahora es el momento de disfrutar de los tópicos. Más adelante, procuraremos desmontarlos.





Nossss vamosssssss….