Corría la década de los 30, del siglo pasado, cuando la administración de la colonia francesa escogió la montaña de Bach Ma para disfrutar de su clima suave, convirtiendo la zona alrededor de la cima en una agradable estación de montaña. Varias décadas más tarde, en el año 1962, el gobierno de Vietnam del Sur decidió proteger los bosques de Bach Ma y del cercano paso de Hai Van.
Desgraciadamente, debido a su situación estratégica, Bach Ma ha sido escenario de múltiples combates y litigios y amplias zonas forestales fueron destruidas por agentes químicos defoliantes durante la guerra de Vietnam. Finalmente, en 1986, el territorio fue incluido en el primer inventario riguroso de espacios protegidos y en 1991 alcanzó su estatus actual de parque nacional.
Bach Ma es la única extensión de bosque original que comunica el mar de la China con la frontera laosiana y forma parte de la Cordillera Annamita (Truong Son en vietnamita).
Abrupta y misteriosa, sus escarpadas laderas cubiertas de selva esconden algunos de los últimos descubrimientos de nuevas especies, entre ellos el extraño Saola, un ungulado de largos cuernos negros (muy parecidos a los de un Oryx africano) que fue descubierto en 1992 en la Reserva Natural de Vu Quang.
Pero el Parque Nacional de Bach Ma posee sus propias singularidades.
Con cerca de 8000 mm de precipitación anual es una de las áreas más húmedas de Vietnam y pese a su reducido tamaño, alberga un amplio espectro de hábitats. Durante mi visita tuve la suerte de que me acompañara el señor Minh, responsable del departamento de eco-turismo del parque y con él recorrí algunos de sus senderos. Para descubrir su fauna huidiza hay que transitar despacio y con los sentidos en permanente alerta. Grandes orquídeas, tímidas aves, crípticos insectos, ranas y serpientes de todo tipo, son algunos ejemplos de lo que estos bosques esconden.
Aquí es fácil andar durante horas sin avistar nada. La selva revela sus secretos lentamente, pero eso también forma parte de su encanto.
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