La Inglaterra de las Midlands y los Cotswolds está cosida a retales con tendencia al tipismo. Suaves paisajes ondulados para recorrerlos con altas dosis de calma, verde, mucho verde; bruma, ovejas, “casoplones” de piedra, jubilados con jardín, un descapotable por la carretera, algún que otro castillo. La región es mundialmente conocida por ser la cuna de Shakespeare, aunque antes que letras hubo ovejas. El león de Cotswolds es una raza de ovejas melenudas que llevaron riqueza a la región, hasta que al finalizar las guerras civiles se puso de moda la seda, mucho más chic para la gente con posibles. Tras la crisis del negocio lanar, las devaluadas ovejas que se pueden ver salpicadas por el campo han adoptado un punto rastafari, mascan hierba y te miran con cierta indolencia, sabiendo que las tendencias en moda son mayormente acrílicas y que su pellejo está, de momento, a salvo. Hay un movimiento para evitar que las ovejas desaparezcan de un paisaje del que son responsables en alta medida. De aquellos días de la esquila nos han llegado las fabulosas manors houses —tradicionales casas de campo de la época feudal— y un puñado de iglesias, a las que el ovillo les levantó magníficos espacios góticos para que los pastores de Dios condujeran a su rebaño. Parece que esos esfuerzos de conservación están dando sus frutos y actualmente hay algo más de cincuenta rebaños en perfecto estado de salud.
Los Cotswolds forman la mayor zona AONB (siglas en inglés para Zona de Excepcional Belleza Natural) y sus habitantes se preocupan de que así siga siendo. Los pueblos, algunos entre los más hermosos del país, están cortados por un patrón parecido. El material más utilizado es un tipo de piedra caliza de característico color meloso, que funciona igual de bien en la iglesia que en el pub del pueblo.
La mayoría de esos pueblos cargan con varios siglos de historia a sus espaldas. A Chipping Campden ya le pusieron mercado en 1627, unos años antes de que se empezaran a liar a palos durante tres guerras casi seguidas. Graham Greene estuvo viviendo por el pueblo una temporada. En una tamaño mucho más manejable, lo que sería un pueblo con cuatro casas, tenemos los dos Slaughter, Upper y Lower, versión británica de nuestros clásicos pueblos de arriba y abajo.
Bibury fue descrito por William Morris, precursor del Art Nouveau, como uno de los pueblos más bellos de Inglaterra. La calle Arlington Row es la más característica de Bibury, con sus casas alineadas con aspecto de maqueta. El pueblo fue una de las localizaciones en la película El diario de Bridget Jones.
No fue la única vez que el cine se fijó en los Cotswolds como escenario. También aparecen en Muere otro día, en tres de las películas de Harry Potter, donde el interior de la catedral de Gloucester se convierte en el pasillo que lleva a la casa Gryffindor, una de las cuatro del colegio de magia, y también en parte del colegio Hogwarts; también rodaron escenas de Stardust con Michelle Pfeiffer y Robert de Niro, de Shadowlands (Tierras de penumbra) con Anthony Hopkins y Debra Winger y de The Libertine con Johnny Deep y John Malkovich, entre otras muchas menos conocidas entre el público español.
Broadway es otro de los pueblos obligatorios en una visita a los Cotswolds. Seguimos con la construcción en piedra caliza y su característico tono meloso. Los habitantes de Broadway pasan casi de puntillas por el pueblo, en silencio. Un ritmo muy tranquilo para la planificada ruta de las mañanas: de la frutería a comprar la prensa y de ahí a correos. Es un pueblo al que acude buscando retiro gente sin preocupación por el día de cobro. Siguiendo con el tipismo británico, el pueblo tiene su hotel con leyenda. The Lygon Arms es uno de los alojamientos más emblemáticos de Inglaterra, que ha alojado a visitantes tan respetables como Carlos I de Inglaterra o al héroe de las guerras civiles inglesas, Oliver Cronwell. La habitación del rey conserva la escalera de caracol que al parecer servía para que escaparan las visitas sin ser vistas. Cuando digo visitas no hace falta puntualizar que no debían ser consejeros, a no ser que tuvieran falda. La ficha de registro de Oliver Cronwell data del día anterior a la Batalla de Worcester. La tan inglesa leyenda del fantasma la encontramos en la habitación 43. Parece ser que por más que pongan el número en la puerta de esa habitación, acaba apareciendo el 13.
Uno de los lugares más visitados de la región es el castillo de Warwick. Aquejados por las deudas, los herederos decidieron vender la propiedad al Grupo Tussauds, el de los museos de cera, que lo han convertido en una especie de parque temático del medievo, llenando las diferentes estancias con muñecos de cera. Recreaciones hechas con bastante fortuna en algunas ocasiones y en otras con menos.
Se acaban de cumplir 400 años del fallecimiento de William Shakespeare en Stratford-upon-Avon. El Bardo de Avon no llegó precisamente con un pan debajo del brazo. Al poco de nacer, su padre fue acusado de trapicheos con el comercio de la lana. No mejorarían las cosas el día que William se presentó en casa de la mano de una mujer ocho años mayor y, además, embarazada.
Las suaves colinas de los Cotswolds o quizás algún granero, habían tentado a la joven pareja que pagaron su sonado revolcón con una temprana boda. La mujer era Anne Hathaway. Según cuentan, el matrimonio no acabó precisamente empachado de perdices. Los estudiosos del First folio han especulado con diversas hipótesis para conocer las razones de esas desavenencias. Si tiramos de una de las costumbres de la época, se dice que las mujeres podían ser azotadas con una vara, no mayor que el pulgar, si el fuego de la casa se apagaba. Teniendo en cuenta que los rudos hombres acostumbrados a trabajar en el campo tenían más que manos un muestrario de morcillas de Burgos, ya empiezan a aparecer los motivos.
De esa salvajada sólo ha quedado la frase Under one’s thumb, dicha cuando alguien está sometido o “bajo el pulgar”. Como colofón, parece ser que Shakespeare le dejó como herencia su segunda mejor cama, que no debía ser del todo mala porque Anne le sobrevivió siete años. Sea como fuere, hay tesis que avalan justo lo contrario, que la pareja se llevó de maravilla, los dos encontraron sepultura en la iglesia de la Santa Trinidad. Habría que preguntar a los arquitectos de Stainburn Taylor qué tal se encuentran los restos de Shakespeare después de la restauración de la lápida. El amenazante epitafio “Buen amigo, por Jesús, abstente de cavar el polvo aquí encerrado. Bendito sea el hombre que respete estas piedras, y maldito el que remueva mis huesos” parece que no aguantaba ya más pisadas del clero y hubo que darle un repaso.
Muchos de los pueblos de la zona, Stratford no es una excepción, responden al estilo arquitectónico Tudor, con algunas pinceladas isabelinas o de esa amalgama de estilos que es la arquitectura victoriana. Veamos algunos ejemplos sin salirnos del itinerario shakesperiano. La sede del Midland Bank (victoriana) luce relieves con escenas de la obra del escritor tallados en la fachada. La Anne Hathaway’s Cottage, la granja donde la mujer del escritor vivió con su familia, muestra el estilo Tudor con las características vigas de madera formando parte del entramado de la fachada. Una casa de doce habitaciones, huerto y diversos trastos de la época con el mobiliario original. Otros puntos en la ruta son Hall’s Croft, donde vivió la hija mayor de Shakespeare y la granja de Mary Arden, que alberga el museo Shakespeare Countryside, en el cercano pueblo de Wilmcote.
La Royal Shakespeare Company tiene su sede en Stratford. Los escenarios de los cuatro teatros de la compañía (Royal Shakespeare Theatre, Swan Theatre, Courtyard Theatre, The Other Place) han sido pisados por actores de la talla de Jeremy Irons, Dustin Hoffman, Ben Kingsley, Jude Law, Vanessa Redgrave, Judi Dench o Mia Farrow.
Al acabar las representaciones y ensayos, podemos encontrar a los actores en el pub Black Swan, popularmente conocido como Dirty Duck. El letrero de la fachada es como una moneda de doble cara y según tu estado de atención o de embriaguez, ves al cisne o al pato sucio. Tomando unas buenas pintas de cerveza, en la terraza del Black Swan, no tardará en aparecer la cuestión que rondaba a Hamlet.
Por favor, enviarme los comentarios en español. Muchas gracias.Deseo saber biografía, primeros trabajos, sus primeras obras literarias, época exacta donde discurrió su vida, quién gobernaba, qué otros artistas paralelamente frecuentaban a Shaquespear..etc
Hola Felipe, este artículo pretende ser una ruta por los escenarios vitales de Shakespeare. Para ampliar información te recomiendo que recurras a una buena biografía del autor o busques en alguna de las miles de páginas que te devolverá Google cuando busques información sobre el autor.
Muchas gracias.
Para más información es español sobre WS shakespeare.com.es
Muchas gracias, Daniel.