La cereza es una fruta que suele estar entre las preferidas de mucha gente. Bien por su dulzura, por lo atractivo de su gama de rojos o porque es una de las frutas más sensuales, al borde de lo erótico. ¿De lo erótico? Por supuesto. ¿Os acordáis de los rojos labios de la venezolana Maga y la catalana Anna mordiendo las cerezas de Pachá?
Con la cereza, lo fácil es comerla tal cual, subido a un árbol, pescándolas de una caja, en un bol recién salido de la nevera. Lo que sí parece claro es que es imposible comerse sólo una. Nos hemos pasado unos días por el Valle del Jerte, pero en lugar de llegar para la floración, como casi todo el mundo, hemos ido para comernos las cerezas, cuando están en su punto perfecto de maduración, durante la celebración de la Cerecera. Bueno, en su punto perfecto la mayoría de las más de cien clases de cerezas que se cultivan en el valle. A la reina, al bombón entre las frutas, la picota, aún le faltan unos días para que esté en condiciones óptimas. ¿Pero qué pasa si vencemos a la tentación y ponemos a la cereza a interpretar otros papeles? En el Valle del Jerte te dirán que, con un poco de imaginación, la cereza puede tener usos muy diversos.
Bebida
El cooperativismo ha dado buenos resultados a los habitantes del valle desde hace décadas. A la febril actividad de recolección, selección por calibración y comercialización de la cereza, le han dado continuidad con productos paralelos. La mermelada es uno de ellos, pero los resultados más sorprendentes los han obtenido con los destilados: un aguardiente hecho para valientes y un licor de cereza más dulce, para tomar después de las comidas.
Cocinada
Teresa Nuñez, de la casa rural Garza Real en Valdastillas, se ha puesto la cereza por montera y la ha incorporado a varios de sus platos. Uno de ellos, por aclamación popular, no ha podido abandonar la carta desde que se subió a ella. Se trata del solomillo de cerdo con chutney de cerezas. Para las jornadas gastronómicas que se celebran en la Cerecera ha preparado un salmorejo de cereza, un bacalao confitado con una cama de calabacín, puerro, coriandro, chalota y picota del Jerte y unos chipirones a los que añade un intenso jugo de cereza que les acaba dando aspecto de calamar. También hemos probado el menú gastronómico del restaurante Piconegro, en el Balneario. El risotto y el tiburón, ambos con cerezas, para nota.
Refrescante
Este año la Cerecera se ha celebrado en El Rebollar, uno de los once pueblos del Valle del Jerte. En uno de los puestos montados en la plaza, Elena estaba elaborando un gazpacho con cereza Navalinda. Hizo dos preparaciones, una con tomate y otra sin. Delicioso, refrescante, uno de los productos estrella de la feria teniendo en cuenta la rapidez con la que desparecían los vasos de chupito en los que iba sirviendo el gazpacho. Más tarde, con algo más de calma, pudimos degustar en el restaurante del albergue Alberjerte un buen tazón con los clásicos tropezones del gazpacho a los que, por supuesto, se había incorporado la cereza.
Wellness
Uno de los establecimientos hoteleros más importantes de la zona es el Balneario Valle del Jerte. Entre sus tratamientos han incorporado la cerezaterapia. La música, el ambiente conseguido con las velas y las manos de personal especializado consiguen que el ritual te lleve a un estado de absoluta relajación. La cereza tiene propiedades antioxidantes y anticelulíticas. El tratamiento que pudimos probar combina la exfoliación con el masaje, siempre con la cereza como base de los productos utilizados. Imprescindible en una vista al Valle del Jerte.
Senderismo
Para compensar los excesos gastronómicos, el Valle del Jerte tiene una amplia carta de rutas de senderismo y, para los más atrevidos, de descenso de barrancos. La ruta de la garganta de Las Nogaledas hace un recorrido por distintos saltos de agua para llegar hasta su punto más elevado. El descenso se hace entre campos de cerezos, en los que será inevitable ir picando algún fruto para reponer fuerzas. En el valle hay tres grandes descensos de barrancos: garganta de Las Nogaledas, garganta de Los Hoyos y garganta de los Papuos. Probamos, con la gente de Guia2, el descenso por el barranco de Los Hoyos, el más sencillo de lo tres pero no exento de emoción, con varios toboganes y tramos haciendo rápel. A los lados, nuevamente, el característico paisaje de los cerezos que tanta fama han dado al valle.
¡Qué buen referente de diversificación y trabajo en equipo “al calor” de un mismo producto! Una buena recopilación de propuestas y experiencias
Hay todo un mundo alrededor de la cereza 🙂
Genial entrada! Un gran acercamiento a la Roja Pasión del Valle del Jerte
Un placer haberos tenido por aquí y un lujo leer vuestras vivencias en nuestra comarca. La CERECERA 2013 no ha hecho más que empezar! http://www.vallecereza.com
Muchas gracias por vuestra hospitalidad, Tujerte y Alberjerte.
¡No sabía que Extremadura era tan verde!
Juanjo, Extremadura es una comunidad que sorpende pero que carga con demasiados tópicos. Hay que darse una vuelta por allí para desmontarlos 😉
Toda Extremadura es una tierra maravillosa, pero la zona del Jerte es algo que solo lo podeis saber vosotros y la gente que en alguna ocasión han viajado esas tierras tan bonitas