Si en la entrada sobre fotografiar estrellas hablábamos de la necesidad de disponer de equipos que ofrecieran alta calidad a valores ISO muy elevados, para fotografiar auroras boreales no se hace tan necesario y podremos realizar interesantes tomas con casi cualquier tipo de cámara. Aunque, obviamente, aquellos equipos que ofrezcan un menor ruido a valores ISO altos nos darán mayor nitidez en las tomas. Bastará con que podamos disponer de un modo manual para que podamos ajustar los parámetros sin dejar que sea la cámara la que decida por nosotros o, en su defecto, que podamos disponer de un modo de prioridad a la apertura y nos permita utilizar la compensación de exposición. Será imprescindible un buen trípode sobre el que estabilizar la cámara y el uso de un disparador remoto o de la función de retardo de disparo de la cámara para evitar posibles trepidaciones a la hora de accionar el disparador.
La aurora boreal es un fenómeno que se produce en lugares por encima del Círculo Polar Ártico —en el hemisferio sur también podemos observarla y la conocemos como aurora austral—, entre los meses de septiembre y marzo. Febrero suele ser un mes ideal, las noches frías con una hora azul que se alarga eternamente hacen que podamos tener mucho mayor detalle en el paisaje con exposiciones más cortas. Pese a que no hay una hora definida de mayor actividad, si me podría atrever a decir por experiencia que lo que no hayas visto hasta las dos de la madrugada, probablemente ya no lo veas después. Si en la entrada sobre las estrellas hablaba de la necesidad de abrigarse, aquí es de Perogrullo. Las auroras más espectaculares se dan en noches despejadas, donde las temperaturas pueden moverse con soltura entre los 20 y los 30 grados bajo cero, pero os puedo asegurar que si os abrigáis de manera adecuada no vais a pasar frío (el sistema de capas es el más adecuado).
Además, la emoción del momento eleva, mentalmente, varios grados la temperatura corporal. Una buena planificación nos llevará a hacer las localizaciones durante el día y a marcarlas con un GPS, la caída de la nieve puede cambiar significativamente un paisaje. Si ubicamos alguna zona con árboles, algún lago o cualquier otro elemento que queramos incluir en la fotografía, no dejaremos nada al azar que pudiera echar al traste nuestra fotografía. Cuando la aurora boreal empiece a bailar por el cielo tenemos que estar esperándola en el salón de baile desde hace tiempo. Lo siguiente será estabilizar bien el trípode. Por ejemplo, si estamos en una zona con nieve y no hundimos bien el trípode hasta que no se mueva, cualquier movimiento de nuestros propios pasos o del peso de la cámara sobre el trípode, hará que la toma salga movida. La sensibilidad ISO la ajustaremos entre 400 y 800, la luminosidad suele ser suficiente para trabajar en esos valores y ganar en calidad y definición, aunque si fuese necesario podríamos subirla uno o dos puntos perfectamente.
En noches muy oscuras, por ejemplo las de Luna Nueva, se hará necesario disparar a valores más elevados, a partir de 1600 ISO. Yo suelo ajustarla entre 400 y 800 para las primeras pruebas y a partir de ahí voy corrigiendo. Con el diafragma y la velocidad iremos haciendo pruebas, pero podemos empezar por un diafragma de f2.8 (si la óptica permite abrir tanto y si no, compensar subiendo el ISO) y velocidades de entre 15 y 30 segundos que captarán el movimiento de las luces por el cielo. Con tal cantidad de luz —pese a que la cámara va a captar más de la que vemos, la intensidad es alta— podemos arriesgarnos a utilizar el autofoco, pero nos quedamos más tranquilos si lo ajustamos manualmente a infinito siempre que la cámara nos ofrezca esa posibilidad (ojo que hay objetivos en los que el verdadero infinito se ajusta un poco antes o después de la marca en la óptica, por lo que habrá que hacer las oportunas pruebas para calibrar dónde situar esa marca de manera correcta). Si disfrutamos de una gran noche de auroras, en la que las luces bailan durante horas en el cielo, podremos ir variando exposiciones y encuadres. Las fotos que muestro están hechas en días de bastante claridad debido a lo temprano de la hora y a que había luna en el cielo. Hay fotos con el valor ISO ajustado en 400, en 800 y en 1600, el diafragma escogido fue de f2.8 y la velocidad de entre 15 y 30 segundos.
Con el frío, las baterías de la cámara duran muy poco. Conviene disponer de varias, un mínimo de tres o cuatro, y mantenerlas lo más cerca posible de nuestro cuerpo, en el bolsillo más cercano al calor que despide nuestra piel. Cuando una batería diga basta, podemos sacarle algunos disparos extras colocándola un rato en dicho bolsillo. Una vez hayamos acabado de fotografiar hay que tener mucho cuidado para evitar cambios bruscos en la temperatura de la cámara que puedan provocar condensación, uno de los grandes enemigos del material fotográfico. Yo lo que hago es, antes de entrar en un lugar con calefacción, dejar la cámara en la entrada donde seguramente hay algunos grados más que en el lugar donde hemos fotografiado. Una vez entramos la cámara a la vivienda donde estemos, aconsejo envolver la cámara en una toalla o bolsa de plástico. Cuando el objetivo ya no se empañe, será el momento de guardar la cámara en la mochila.
Las fotografías de este artículo están hechas en Noruega, Finlandia e Islandia. Fotografiar la aurora boreal es uno de los mayores placeres que puede dar la fotografía y cada vez es más fácil llegar a países como Noruega, Suecia o Finlandia gracias a las compañías lowcost. También Islandia es un destino ideal para fotografiarlas. Recientemente, la compañía Norwegian ha presentado sus vuelos desde Madrid a Oslo, Estocolmo y Helsinki. La aurora boreal más cerca que nunca y además con wifi en el avión.
Uno de mis sueños desde hace muchos años, que por algún motivo aún no he realizado, es ver una aurora. Lo cumpliré, seguro, y además la fotografiaré. Un texto como éste, desde luego, ayuda mucho a alguien torpe y mediocre con la cámara como yo. Muy bien explicado, sin duda. Muchas gracias.
Un abrazo
Manuel Bustabad
Rafa, muchas gracias por este post, que seguro me será de ayuda pues en febrero viajo a Tromso, a ver si las pillo. Saludos desde MABA PHOTO TRAVEL
A ver si tienes suerte, Juan Francisco. Ya contarás a tu vuelta.
Que suerte poder viajar y disfrutar de tan hermosas imágenes. Felicidades.
Muchas gracias, Nuria. Es un espectáculo maravilloso que hay que vivir, por lo menos, una vez en la vida.
Si te sobra un sitio avisa…
Una duda, ¿existe posibilidad de que la cámara se dañe con algún cambio de temperatura? Por ejemplo, estando dentro del hotel y luego salir rumbo al paseo para ver la aurora. Cómo puedo evitar daño a mi cámara? Gracias.
Brenda, la cámara sufre mucho en esas condiciones. Lo principal es evitar los cambios bruscos de temperatura que provocan condensación y que la cámara empiece a “sudar”. Cuando acabes de hacer fotos en exteriores, y antes de entrar en un interior mucho más cálido, envuelve la cámara en una bolsa de plástico o en una toalla y guárdala así en la bolsa del equipo fotográfico. Antes de volver a salir a la calle, saca la cámara para que se acostumbre a la temperatura. El mayor problema es siempre al entrar en casa y no al salir al exterior.
Por lo demás, en condiciones de tanto frío las baterías duran muy poco. Lleva varias baterías y cuando no dispares manténlas calientes, por ejemplo guardándolas en un bolsillo interior lo más cercano posible a tu cuerpo.
Buenas fotos!!
O