Visto desde la perspectiva de un cuarentón curtido en algún que otro viaje, el InterRail se podría considerar como el antiviaje: exprimir al máximo un ticket, transbordos y kilómetros ilimitados en tren para visitar el máximo de lugares cuando lo que sueles buscar es todo lo contrario; la calma, extender todo lo posible la duración de los viajes y la estancia en un mismo lugar.
Visto desde la perspectiva de una adolescente, se podría considerar como un viaje iniciático ideal: el mapa ferroviario de Europa en un solo ticket, ahorrarse alguna noche de alojamiento durmiendo en el tren o en la estación. Hoy Praga, mañana Budapest. Un sándwich frío en el tren, un durum en Estambul.
Había hecho el InterRail en varias ocasiones, la última con 26 años. En esta ocasión me subí al tren con mi hija que estaba a punto de cumplir los 16. Teníamos un mes por delante y la intención de recorrer el Este de Europa en tren, llegando hasta Estambul y regresando por los Balcanes. Como el tramo nacional no está incluido en el billete, establecimos la ciudad de Lyon como punto de salida para nuestro atracón de tren por Europa. Hasta la ciudad francesa llegamos con un bus de la compañía Megabus —para el regreso hicimos lo mismo pero desde Montpellier— que ofrece tarifas muy baratas.
Nuestro itinerario final fue Lyon-Praga-Wroclaw-Cracovia-Oswiecim-Bratislava-Budapest-Sibiu-Sighisoara-Brasov-Estambul-Sofía-Belgrado-Sarajevo-Mostar-Ljubljana-Berna-Montpellier.
El tramo entre Belgrado y Sarajevo lo hicimos en bus, el tren te obligaba a ir hasta Zagreb y luego retroceder. Asimismo, la línea ferroviaria entre Bulgaria y Turquía lleva tiempo en obras y tanto para la ida como para la vuelta tuvimos que hacer, de madrugada, un transbordo a un bus.
Si estás pensando en echarte a las vías de Europa, aquí van una serie de consejos para hacer más fácil tu viaje con el InterRail:
A la hora de hacer el equipaje, el caballo ganador es la mochila: es cómoda de transportar cuando camines hacia la estación y por las ciudades para buscar alojamiento. Escógela con una capacidad máxima de 40-50 litros si no quieres acabar como el argentino en Toronto, jurando en arameo y tirando cosas por el camino. Utiliza los bolsillos exteriores para ir acumulando la ropa sucia, así evitarás en parte que se mezclen los olores y que los compañeros de vagón te miren raro —o cambien de compartimento— cuando luces esa camiseta que pensabas que estaba limpia. No lleves ropa para un mes, cada 8-10 días busca una lavandería o haz la colada en la habitación. Los imperdibles son útiles para colgar la ropa en la parte exterior de la mochila por si algo no se ha secado del todo.
Puedes comprar el billete de 1ª o de 2ª clase, pero depende cuál sea el itinerario previsto no merece la pena pagar la 1ª clase, por la sencilla razón de que hay muchos trenes del Este de Europa que no disponen de ella. Y en los trenes que sí la tienen, no hay tanta diferencia entre una y otra. Además, hay muchos itinerarios para los que es obligatorio hacer reserva de asiento o de cama. Hay que tenerlo en cuenta, las reservas no solo encarecen el precio inicial del InterRail sino que te pueden dejar sin plaza en un tren si no la haces. En Francia, por ejemplo, las reservas son muy caras, a lo que habría que añadir el incremento por la clase. Viajando por países como Rumanía, Bulgaria o Bosnia-Herzegovina, las reservas suelen ser muy baratas en 2ª clase, entre 3 y 6 euros —incluso a veces son gratuitas lo que no evita tener que hacerlas—, pero si quieres reservar para un trayecto nocturno en 1ª, te obligan a comprar cama.
El Este de Europa es más barato, no solo por el motivo citado anteriormente: la comida, los alojamientos, ¡la cerveza! El ahorro respecto a viajar por otros países más turísticos puede ser considerable.
Intenta pagar todo lo posible con tarjeta de crédito para no perder dinero en los cambios de moneda entre países. Eso sí, mira de tener siempre algo de moneda local, hay lugares donde no aceptan las tarjetas y en la mayoría de los lavabos de estación que me encontré hacían pagar alguna moneda. En un transbordo en Bulgaria, antes de llegar a la capital donde había cajeros automáticos, tuve ganas de ir al lavabo. No queráis veros en la tesitura de intentar convencer a la señora más agria del mundo de que te deje pasar porque te meas. Ante la negativa de la señora —con bigote— funcionó el pago con una moneda de 50 céntimos de euro en lugar de levas que era lo que correspondía.
Haz los trayectos largos y los cambios entre países en trenes nocturnos, te ahorras la noche de alojamiento. Esto exige planificar todo muy bien, desde saber si tienes que hacer algún cambio de tren o es directo hasta tener a mano todo lo que necesitas. Lleva suficiente comida y bebida para todo el trayecto, nosotros pasábamos por algún supermercado cercano a la estación —a veces en el mismo recinto— para comprar la cena. Ten a mano algo de ropa de abrigo, incluso en verano porque la potencia del aire acondicionado te puede fastidiar el viaje. Una pequeña almohada, de las que se llevan de acampada, y un saco de dormir fino también son elementos muy útiles. Si te molesta la luz y los ruidos, antifaz y tapones. Por seguridad, aunque no en ninguna de las ocasiones en que he viajado con InterRail he tenido problema alguno, conviene llevar un pequeño candado, cadena o mosquetones para atar la mochila al portaequipajes, pero siempre conservando lo más valioso cerca de ti. Por la mañana, también agradeceremos tener accesibles algunas cosas de aseo: una toalla secado rápido, el cepillo y la pasta de dientes y papel higiénico. Aunque mi consejo es que vayas a lavabo antes de subir al tren, tras toda una noche de traqueteo los lavabos del tren pueden parecer piscinas.
Nada más llegar a la estación de destino hay algunas cosas esenciales que tienes que hacer: consulta si hay consigna, en función de la hora de salida del tren y del chekout del alojamiento la vas a necesitar; haz las reservas necesarias para el siguiente trayecto que tengas previsto, mira si hay oficina de turismo para hacerte con un mapa, localiza alguna tienda donde poder comprar algo de comida para el próximo viaje. Si sabes que no vas a tener conexión a Internet al llegar, en el último wifi disponible haz una captura de los mapas necesarios para llegar desde la estación al alojamiento por si no encuentras uno de papel en la estación.
Según el país que visites, puede resultar muy útil una transcripción de los caracteres cirílicos para poder leer las señales, el nombre de las calles, los menús o los el panel de destinos de los trenes.
El entretenimiento a bordo es muy aconsejable y lo tenemos que poner nosotros. A no ser que seáis virtuosos de la guitarra y no temáis acabar con la paciencia del resto de pasajeros, es interesante llevar algún tipo de tablet: caben libros —sí, los seguimos prefiriendo en papel, pero prueba a llevarte lectura para un mes—, películas, música, puedes visualizar algunas fotos, conectarte a Internet.
Para el alojamiento utilizamos, sobre todo, el sistema de reservas de Homeaway. El alojamiento en casas particulares, en muchas ocasiones enteras a nuestra disposición, nos permitió estar durmiendo en lugares muy céntricos, en los que normalmente el precio de los hoteles se disparaba. Lo manejamos todo a través de la App. El precio medio del alojamiento de todo el viaje fue bastante inferior al que hubiéramos pagado por hotel.
Fotografía. Lo normal es que queráis fotografiar todo, pero el peso de los equipos es un condicionante a la hora de preparar el equipaje. Nosotros llevábamos equipo Fuji, cámaras de gran calidad con un tamaño y peso reducidos. La X70 y la X100T son muy buenas opciones para llevar lo mínimo, pero si preferís —como es mi caso— cámaras de ópticas intercambiables, os recomiendo la Fuji X-T1. El cuerpo de la cámara con un par de ópticas se puede llevar en una pequeña bolsa fotográfica y el buen resultado a ISO muy elevado nos permite prescindir del trípode. Es recomendable llevar muchas tarjetas de memoria antes que cargar con un ordenador. Para hacer copias de seguridad, os recomiendo disparar tanto en Raw como en Jpeg y subir las fotos (Jpeg) a Dropbox o a un servidor cuando la conexión lo permita. En caso de algún percance, por lo menos habréis salvado una copia.
Hola! Buen post! este año hace 10 años de mi primer interrail, al que luego siguieron 2 más. Siempre intento viajar en tren en cuanto se puede. Desde luego es una experiencia única. Me he apuntado alguna cosilla, como los imperdibles(yo lo llevaba atado como bien podía, jajaja) y homeaway.es . La foto cenando en el tren embutido….jajajaja, qué recuerdos! a todos los que hemos dsifrutado un viaje así, te saca una sonrisa nostálgica!
Miguel Angel, los consejos entre viajeros son muy útiles en un viaje así. Y en efecto, recuerdos como los del embutido te acompañan el resto de tu vida.
Ojalá pueda hacer como tú cuando mis dos hijos tengan la edad, Rafa 🙂 Me llevaría dos cámaras analógicas de paso universal, y 30 rollos de Ilford HP5.
Un abrazo,
Manuel
Te lo aconsejo totalmente, Manuel. En su día hice el InterRail con mi hermana, cuando ella tenía 15 años. Ahora ha sido el turno de mi hija con la misma edad.
Un abrazo y larga vida al analógico (aunque yo sea totalmente digital).
Pues me ha gustado. Gracia por dar ideas.
Me gusta los imagines mucho