¿Os gusta ir en bicicleta? Si la respuesta es afirmativa, este artículo es claramente para vosotros. De hecho, aunque no seáis practicantes habituales ni todavía os hayáis planteado unas vacaciones en bicicleta, es muy probable que también os acabe interesando. Entre Ríos es una propuesta de ruta cicloturista, a caballo entre las Terres de l’Ebre y Aragón, que he podido recorrer entera. Como el nombre anuncia, pasa por territorios bañados por el gran río Ebro y algunos de sus principales afluentes en su tramo final antes de llegar al Mediterráneo. En la mayoría de los casos, son territorios que han quedado relativamente al margen de las corrientes del turismo. Eso comporta que la oferta de alojamiento no siempre es lo variada que a uno le gustaría. En cambio, es garantía de una autenticidad desaparecida en muchos otros lugares. Este es el momento ideal para los exploradores, para los ciclistas amantes del placer de descubrir nuevos paraísos.
La ruta transcurre por caminos donde es más fácil encontrar tractores que turistas. Se atraviesan espacios de una tranquilidad balsámica, jalonados de panoramas cautivadores y descubriendo un mundo rural empecinado en seguir latiendo. Los amantes de las grandes rutas en bicicleta saben bien que los paisajes y las gentes se ven y se viven de manera diferente si se pedalea. Vemos el mundo en base a cómo nos movemos. Dentro de un vehículo, por ejemplo, nos aislamos del entorno y la relación con el territorio atravesado es menos intensa, más distante, como si de un decorado se tratara, hasta el punto que más que transitar, acabamos trasladándonos. La bicicleta —como también el caminar— ofrece la oportunidad de adentrarse en la intimidad de los paisajes y de aprehender secretos que solo se revelan con la calma o con el esfuerzo.
La propuesta de Entre Ríos transcurre por siete comarcas: la Ribera d’Ebre, el Baix Ebre, la Terra Alta, el Matarraña, el Bajo Aragón-Caspe, el Bajo Cinca y el Segrià. Se pedalea junto a las aguas serenas de cuatro ríos, el Canaletes, el Algars, el Matarraña y el Ebro; a menudo con la única compañía de los pájaros y las nubes. El itinerario tiene una longitud total de 225 kilómetros y un desnivel acumulado de 3.500 metros. Una de las ventajas de la propuesta es que es perfectamente adaptable a los gustos, intereses y forma física de las personas que decidan recorrerla; es decir, es posible aumentar o reducir el número de etapas. Además, su condición de ruta circular permite iniciarla en cualquier localidad o punto del recorrido.
La recomendación es plantearla en tres o cuatro jornadas, aunque el patrimonio que atesoran estos territorios da perfectamente para cinco días de pedaladas tranquilas y visitas inolvidables. Por ejemplo, la ruta pasa a los pies del castillo templario de Miravet, la mayor fortaleza de esta orden de monjes guerreros fuera de Tierra Santa. ¿Vais a ser capaces de pasar de largo? El itinerario también trascurre muy cerca de Pinell de Brai, donde se encuentra una de las bodegas modernistas más espectaculares de las conocidas como catedrales del vino. ¿Vais a perderos una visita con degustación de los sabrosos vinos que se producen en esta zona? Encima de la bicicleta cruzareis los paisajes que inspiraron el nacimiento del cubismo de la mano de Pablo Picasso. ¿Seguro que estáis dispuestos a perderos un paseo entre las calles donde vivió el pintor en Horta de Sant Joan? ¿Habéis contemplado alguna vez cómo emerge de las aguas un campanario? ¿Conocéis la historia de los vecinos de Fayón para conseguir salvar sus casas? ¿Y la de las minas de carbón de Mequinenza y el maravilloso universo literario de Jesús Montcada? ¿Y la riqueza de aves que reúne la reserva natural de Sebes en Flix? La lista es larga y los días escasos, es verdad.
La ruta va dirigida a practicantes que tengan una mínima experiencia en el seguimiento de itinerarios georreferenciados (tracks). Entre Ríos no cuenta con señalización propia, pero sigue, casi siempre, caminos señalizados de otras propuestas (GR 99 Camino del Ebro, el Camino Natural del Algars-Matarraña y la Vía Verde que pasa por el Baix Ebre y la Terra Alta). Esto facilita su seguimiento, si bien la señalización no siempre se encuentra en buenas condiciones. Descargando el archivo georreferenciado de la ruta, esta debería poderse seguir fácilmente con un móvil o con un GPS.
Entre Ríos es una propuesta ideal para hacer con bicicletas de montaña o bicicletas gravel y resulta especialmente atractiva para los nuevos usuarios de bicicletas eléctricas. Por lo general, la ruta no presenta dificultades relevantes. La mayor parte del recorrido se realiza por caminos y pistas de tierra en buen estado y agradables para pedalear. Los tramos de carretera son muy escasos y la mayoría son vías de baja intensidad de tráfico. Los únicos puntos donde se hace necesario bajar de la bicicleta coinciden con los caminos tradicionales que atraviesan los dos estrechos del Ebro. Uno de estos es el camino del Pas de l’Ase, el cual ha sido recientemente consolidado y resulta relativamente cómodo seguirlo a pie, con la bici al lado. El otro es el camino del Pas de Barrufemes. Este se ha visto afectado por desprendimientos y hay algunos tramos cortos donde el paso presenta complicaciones y debe hacerse con precaución. Ahora bien, la excepcional belleza de este sitio compensa sobradamente las dificultades.
Por otro lado, hay dos momentos de la ruta donde el itinerario del GR 99 transita por antiguos caminos de herradura muy espectaculares que salvan un fuerte desnivel de bajada. Se trata de dos tramos muy exigentes técnicamente, que harán las delicias de los ciclistas más habilidosos, si bien es necesario remarcar que requieren tener probada experiencia en este tipo de descensos. Para quienes no quieran complicarse la vida, hay alternativas cómodas y fáciles que evitan estos tramos más complicados, siguiendo pistas forestales y algún tramo de carretera secundaria. Todos los detalles de estos tramos, los mapas y las descripciones de las etapas, junto con los tracks, pueden encontrarse en la web del Consell Comarcal de la Ribera d’Ebre, el organismo que ha impulsado esta iniciativa de la mano de Tourislab.
Y bien ¿por qué, si no eres practicante de la bicicleta, te puede interesar este artículo? Básicamente porque es una buena noticia que nos beneficia a todos y que tiene que ver con el papel de la bicicleta en el futuro de nuestras sociedades y también del turismo. Todavía hay a quien le cuesta creer que un vehículo tan humilde pueda llegar a mejorarnos la vida y hacernos más felices. La adaptación a la emergencia climática y a la crisis de combustibles y energía va a transformar nuestros modos de vida —lo queramos o no— y de paso también la manera de concebir las vacaciones. Lo paradójico del caso es que, si lo hacemos bien, vamos a salir ganando y la bicicleta va estar allí, en medio de prácticamente todos los cambios. Además de recorrer un territorio con las propias piernas, la propuesta de ruta Entre Ríos tiene otra peculiaridad que no suele ser muy habitual en nuestro país: puedes llegar en tren. Esto significa que miles de amantes de este tipo de ciclismo pueden salir de su casa y volver a ella habiendo pasado unos días sensacionales sin la necesidad de disponer de un automóvil o de desplazarse quemando combustibles fósiles, algo que las generaciones venideras agradecerán. Parafraseando aquel anuncio, en el futuro todas las rutas intentaran ser como esta.
Leave a Comment