Al sur de Mérida, a muy pocos kilómetros de la localidad de Oxkutzcab, se encuentran la gruta de Loltún, palabra proveniente del maya que significa Flor de Piedra.
Son las más grandes del sur del Estado de Yucatán y en su interior se han encontrado restos de mamut, bisonte y felino, así como piezas arqueológicas, cerámica, conchas marinas y petroglifos, lo que nos traslada hasta el Pleistoceno como fecha de la primera ocupación de la gruta. Lo que nos da una secuencia de ocupación que abarca 10.000 años, desde la época nómada hasta la Guerra de Castas en 1847. Se supone que dejaron de estar habitadas en el Periodo Clásico (300-1050 d.C.), y por los apaxtles (tinajas) encontrados, creen que durante el Periodo Postclásico (1050-1542 d.C.) la entrada estaba reservada a personajes que llevaban a cabo ritos ceremoniales.
En la actualidad tienen acondicionado algo más de un kilómetro para la visita, de un total de entre ocho y diez que se cree que tiene. La entrada es por la cavidad Loltún y se hace con un guía que te va explicando los diferentes hallazgos, te va mostrando los petroglifos y tira de imaginación para convertir las formaciones de la gruta en catedrales, mazorcas de maíz o jaguares, o se permiten alguna que otra licencia de manual de guía para explicar los bajorrelieves que hay en la gruta, como el conocido como El Guerrero. Los estudios realizados han dictaminado que podría datar del año 337 d.C., y que la indumentaria presentada guarda similitudes con la que llevan en las estelas de la recinto arqueológico de Uaxactún, en Guatemala, lo que sugiere que pudo ser obra del mismo artista. También podemos observar un conjunto de pinturas rupestres, una serie de manos en negativo elaboradas con pintura negra.
Otra de las figuras interesantes es una cabeza de estilo olmeca, hallada por Jack Grant y Bill Dailey durante unos trabajos de exploración en 1960. La cabeza está colocada sobre un promontorio en mitad de una pequeña galería. De todas las galerías que se recorren, la que me parece más espectacular es una a la que se le ha desplomado parte del techo. Por los agujeros resultantes se cuelan las raíces de los árboles y cientos de pájaros que debido a la acústica de la gruta inundan todo con sus trinos. Cada pocos metros se pueden ver una especie de recipientes tallados en la piedra. Son los Haltunnob, hechos con el propósito de recoger el agua que escurría por la pared de la gruta. La salida de la gruta por la cavidad Nahcab es la luz al final del túnel, tras haber estado a casi un centenar de metros de profundidad. La salida también ha sido tomada por la vegetación, que reclama su espacio entrando por otro enorme hueco consecuencia de un desplome.
Para visitar la cueva es necesario entrar con un guía autorizado, en una de las visitas programadas a las 9.30, 12.30 y 15.30 horas.
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