Durante las últimas semanas hemos estado viajando por Costa Rica, visitando los dos litorales, la cordillera volcánica, la capital, los mejores espacios naturales; hemos avistado fauna, conocido sus tradiciones y sus leyendas. Es hora de descansar un poco.
A la hora de escoger un hotel, recomendamos hacerlo entre los que mejor conservan el patrimonio de mayor valor del país: su naturaleza.
El Instituto Costarricense de Turismo (ICT) distingue con el Certificado para la Sostenibilidad Turística (CST) a aquellos alojamientos y empresas más comprometidos con el medio ambiente y la vinculación con las poblaciones locales. Se diferencian cinco niveles en función del grado de sostenibilidad de cada establecimiento. Los puntos que se valoran son los procesos para el manejo de los desechos, la interacción de la empresa con el medio natural, la implicación del cliente y la intervención en el desarrollo de las comunidades vecinas. Mediante el CST sabemos que el lugar donde vamos a alojarnos o la empresa con la que vamos a realizar una actividad tratan de evitar un impacto negativo en el medio ambiente y en la cultura tica. La naturaleza de Costa Rica es su gran patrimonio, lo mejor que podemos hacer como turistas es que no se note nuestro paso por allí. Nuestra responsabilidad debe comenzar por escoger empresas que lo garanticen.
Hemos elaborado una lista con algunos de los hoteles que recomendamos. Hemos dormido y probado los servicios de todos ellos.
Lapa Ríos. Península de Osa
Osa es la zona de mayor biodiversidad del país. La tarifa de Lapa Ríos, uno de los mejores ecolodges de Costa Rica, incluye la pensión completa, los traslados y las excursiones. Desde las cabañas se tienen buenas vistas a Golfo Dulce. El programa de excursiones, muchas de ellas por dentro de la reserva privada que pertenece al hotel, está conducido por guías expertos. Es muy fácil observar en los alrededores decenas de especies de aves o, durante las salidas nocturnas, las vistosas ranas de ojos rojos. Durante el desayuno, los tucanes llegan para comer fruta de los árboles cercanos al comedor.
Punta Islita. Playa Islita, Guanacaste
La mayor parte de los trabajadores del complejo son del pueblo, en su empeño por contribuir el desarrollo de la comunidad local han construido una escuela y una guardería, han desarrollado un taller para aprender diferentes disciplinas artísticas y contribuyen al Proyecto Ara, que hace labores de reintroducción de guacamayos macao y verde limón. De las habitaciones, nos gustan las villas que cuentan con dos habitaciones separadas, muy apreciadas por las familias, y una pequeña piscina privada en el jardín. Las vistas de la playa y el bosque desde la piscina de tipo infinita son espectaculares.
The Springs Resort & Spa. La Fortuna, San Carlos
La región es conocida por la calidad y propiedades de las aguas termales y por la cercanía del volcán Arenal y el bosque nuboso de Monteverde. En el hotel cuentan con una docena de piscinas, la mayoría alimentada de un manantial propio, en el que el agua está a diferentes temperaturas. Un sendero, llamado Heliconia, recorre siete de las piscinas pasando por el interior de un cañón en el bosque. Las vistas desde el restaurante Las Ventanas son de vértigo, cayendo más de 300 metros sobre un río.
Barceló San José. La Uruca, San José
Está muy bien situado, en un tranquilo barrio residencial que está cerca del aeropuerto. Con reserva previa, el hotel ofrece el traslado a/desde el aeropuerto de manera gratuita. Sus amplias habitaciones fueron renovadas hace apenas tres años. Las de tipo Premium cuentan con servicios exclusivos, como los accesos a zonas VIP o la el check out a las 14 horas. Ofrecen un programa de excursiones, tanto al centro de la ciudad como a atractivos enclaves naturales, como el volcán Arenal, las aguas termales de Tabacón, volcán Poás o Tortuguero. También un tour del café y, para los más aventureros, el de aventura en el Parque Nacional Braulio Carrillo.
Grano de Oro. San José
Nos gusta el pequeño patio ajardinado, con fuente, que tienen las habitaciones. Un buen rincón donde darse a la lectura o a la meditación, ajenos al tráfico de la ciudad. El hotel está decorado con algunas fotografías históricas. Reserva mesa en el restaurante, a cargo del chef francés Francis Canal. Recomendamos los curados de pescado, a base de corvina, salmón y marlín blanco; el jamón de pato (curado por ellos), el cerdo con tamarindo y yuca o la corvina macadamia con salsa de naranja.
Barceló Tambor. Playa Tambor, Puntarenas
Hotel de 5 estrellas en Bahía Ballena. Hicieron una completa remodelación en el año 2012, decorando sus habitaciones en estilo colonial. Las habitaciones que más nos gustan son las que tienen vistas a la hermosa playa del Pacífico. En el plan de entretenimiento incluyen varias actividades acuáticas, puenting o la escalada en rocódromo. Tienen un interesante paquete “todo incluido” que incluye las propinas, las tasas y las tres comidas del día, para que solo tengas que preocuparte de la hora a la que bajas a la playa o qué cóctel te pides después de la cena.
Tango Mar. Playa Quizales, Tambor
Nos encantan las villas frente al mar, con amplias terrazas y vistas a una enorme playa de arena blanca y palmeras. Ofrecen un completo programa de actividades, como la salida en una pequeña embarcación para visitar Isla Tortuga —fabuloso el esnórquel que se puede hacer alrededor de la isla— y el Refugio Nacional de Vida Silvestre Curú. Al atardecer disfrutamos de una precios cabalgada por la playa.
Rancho Margot. Alajuela, El Castillo
Había sido una finca dedicada a la ganadería. Los actuales propietarios la compraron para recuperar el ecosistema original. Está en un entorno rural, dentro de una finca prácticamente autosuficiente, con una granja ecológica que suministra al restaurante. Los alojamientos que más nos han gustado son los bungalós rodeados por la naturaleza. Producen electricidad con dos generadores hidroeléctricos impulsados por el agua del río.
Río Celeste Hideaway. Alajuela, Río Celeste
En mitad de la selva, a menos de un kilómetro del Parque Nacional Volcán Tenorio. Son 26 casitas con patio privado. El mejor momento del día es el de la ducha matinal, está ubicada al aire libre y permite disfrutar del sonido de las aves y otra fauna de la zona. La ubicación es perfecta para visitar una de las grandes joyas naturales de Costa Rica, río Celeste y su cascada. Buena gastronomía en su restaurante Kantala.
Fotos: Gonzalo Azumendi, Félix Lorenzo y Rafa Pérez
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