Navegando por el río de los Lagartos, como llamaron al Chagres los españoles, pienso en la riqueza que se transportó por sus aguas, probablemente más que en ningún otro río del mundo. El oro y la plata en la época de la conquista, la época de la fiebre del oro de California y, actualmente, el tráfico de barcos que se dirige al Canal de Panamá. En el trayecto que hay hasta la comunidad Parará Purú me cruzo con un par de enormes transatlánticos y con algunos cocodrilos enormes, que dan por bueno el nombre de los de Colón. Otro peligro aún mayor, una gran urbe como Ciudad de Panamá, no queda demasiado lejos.
¿Por qué entonces los indios Emberá abandonaron las selvas del Darién para instalarse a orillas del río Chagres? Por si fuera poco, en el año 1984 fue declarada Parque Nacional la zona en que habitan actualmente, hecho que acarreó restrictivas leyes que chocaban frontalmente con el modo de vida tradicional de las comunidades: se ponían restricciones a la caza, a la pesca y a la agricultura. Lo lógico hubiera sido que se marcharan, pero quisieron ser dueños de su destino. Lejos de colgar la cerbatana y silenciar la requinta, decidieron empezar a recibir turistas en sus poblados. En estos casos siempre surgen dudas, cuando no encendidas críticas, acerca de la conveniencia del contacto de las comunidades indígenas con el turismo. Si hubieran continuado viviendo en las inexpugnables selvas del Darién, visitar a los Emberá estaría reservado a los expediciones con grandes recursos económicos.
A la comunidad Parará Purú, una de las cuatro asentadas sobre el Chagres, se llega en un corto trayecto en cayuco, en una excursión que contratan todas las agencias de la zona y que suele incluir el paso por algún punto para el avistamiento, a tiro de foto, de monos aulladores y capuchinos. Mirando la parte positiva, es una forma de ayudar a preservar sus tradiciones, si bien algo contaminadas: en ocasiones visten con camisetas que se quitan al llegar las visitas, gorras o algún reloj con el que juegan los niños.
Lo primero que me llamó la atención fue la cantidad de instrumentos musicales con los que tocan su música tradicional, como la rumba y la cumbia (tiene poco que ver por lo que nosotros entendemos por esos ritmos musicales). El chirú droma es una especie de flauta, para la percusión utilizan el chim-bom-bom, el chogoró, el güiro, el chi-mpi-guí que es un caparazón de tortuga; la requinta que tocan con palos como si fueran las baquetas de una batería, o el tonóa que marca el ritmo con el que las mujeres bailan la danza del colibrí, llamada imbisú. Las danzas de los animales provienen de los haibanás o chamanes que las ponían en práctica durante sus ceremonias.
Otro de los aspectos destacados de los emberá es la artesanía, para la que utilizan multitud de recursos naturales que tienen a su alrededor. Con el cocobolo, una madera que se sumerge en agua durante años, tallan esculturas con forma de animales; el antá, el fruto de la tagua, tiene dos utilidades: cuando está maduro es comestible, pero con el tiempo llega a ser tan duro con el marfil y se usa también para la talla de figuras. Las mujeres tejen máscaras, platos y canastas con chunga y naguala, dos fibras naturales. La naguala es más dura y la utilizan para la estructura, con la chunga hacen los acabados, alrededor de la estructura.
Con el jugo de la jagua (Genipa americana), una fruta conocida como kípara por los emberá, practican el arte de la pintura sobre el cuerpo con un sentido más allá del estético ya que la jagua actúa como repelente de insectos y protector solar. También fabrican sus propias piraguas para navegar por el río, utilizando para ello las maderas del espavé (Anacardium excelsum), del pino amarillo (Lafoensia punicifolia) y del cedro espino (Bombacopsis quinata).
La dieta es bastante básica y se compone, principalmente, de pescados como la tilaipa y maduros (plátano frito) y yuca. Para servir la comida utilizan hojas de plátano a modo de cuenco. De vuelta a la ciudad pienso en cuánto tiempo más podrán conservar sus tradiciones sin sucumbir a los vicios y manipulaciones que lleva consigo una buena parte del turismo.
la cultura de los embera es parte de nuestro pais y quiero conocerla mejor
Cómo puedo hacer para contactarme con ellos. Tendrás algún número de Telefono.
Por favor, les agradezco muchos.
Hola Deyda, numerosas agencias en Ciudad de Panamá organizan excursiones para visitar a los emberá. Es la mejor forma de contactar con ellos.
Un saludo.
Es un lugar bien hermoso
Lo mismo me preguntaba en el artículo que escribí sobre los emberá… http://www.viajesyfotografia.com/blog/los-indigenas-embera-del-parque-nacional-del-rio-chagres/ ¿Cuánto tiempo más podrán seguir conservando sus tradiciones? La verdad es que después de visitar dos comunidades de la zona en diferentes intervalos de tiempo, me temo que debo ser pesimista. El gobierno panameño, la megaurbe de Panamá y las visitas diarias de cientos de turistas no ayudan a preservar un modo de vida que ya ha cambiado irremisiblemente.
En efecto, Antonio, el cambio ya ha tenido lugar con el traslado de las comunidades desde el Darién a su ubicación actual. El debate es largo y habría que saber en qué ha mejorado y en qué ha empeorado la vida de los emberá con estos cambios y con la llegada del turismo.