El Museo Escolar de Pusol guarda la memoria de la vida diaria en la ciudad y el campo de Elche. En 2009 fue inscrito por el Comité de Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial de la Unesco en el registro de prácticas ejemplares. A finales de los años 60 del pasado siglo, en unos tiempos de profundos cambios en la sociedad ilicitana, surgió este museo como un proyecto escolar que trataba de preservar la memoria de la zona en donde se encuentra. Una peculiaridad era que trataba de involucrar no solo a los estudiantes sino a toda la sociedad, de forma que los mayores pudieran transmitir conocimientos y valores a los más jóvenes. Con el tiempo el proyecto desbordó los límites vecinales que tenía previstos —el mundo agrícola de los alrededores, con su cultura material, sus tradiciones y folclore— hasta convertirse hoy día en un centro de cultura tradicional que abarca también la vida urbana, el comercio y la industria.
Un recorrido por el museo es un viaje en el tiempo que empieza hace más de un siglo, y se observa una sociedad agraria, tradicional, que se muestra a través de enseres, muebles, útiles de labranza, carruajes, arte religioso, etc. Es el reflejo de una sociedad que desapareció hace ya muchas décadas pero que se hace visible en estos objetos.
Luego se llega a tiempos más recientes: encontramos tiendas, talleres, etc. El museo ha adquirido tal renombre entre los ilicitanos que recibe constantemente donaciones y los fondos de que consta forman un formidable archivo material y emocional de la sociedad. La colección de carteles de fiestas y de películas es especialmente interesante. Los escolares siguen ocupándose activamente de estas colecciones y si se solicita con tiempo pueden actuar como guías en el recorrido, lo que le da un valor especial a la visita.
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