Boston es una de esas ciudades que se podrían considerar como muy agradables y tranquilas, un lugar ideal para pasear y dejarse llevar por sus encantadoras calles, siempre desde el punto de vista de un turista o persona ajena a la vida cotidiana de la ciudad. Incluso yo mismo me extraño a la hora de decir estas palabras cuando me refiero a una ciudad de Estados Unidos, ya que siempre he sido bastante reticente hacia ese país.
Esta metrópoli, capital del estado de Massachusetts, es uno de los principales centros culturales y de negocios de la región de Nueva Inglaterra. Fundada en 1630, su economía está basada en la educación, la sanidad, las finanzas y la tecnología punta. Aquí se encuentra el MIT (Massachusetts Institute of Tecnology). Por un momento y según por qué barrio estés yendo, uno tiene la sensación de estar en cualquier lugar de Irlanda. Lo que no es de extrañar ya que una buena parte de sus habitantes poseen raíces en aquella isla. Esto lo notamos al ir sobre todo por Bacon Hill, donde las casas construidas en obra vista nos proporcionan una visión rojiza de las fachadas, un tono que se extiende también por las aceras y que contrasta con el negro de las farolas de gas al más puro estilo británico del siglo XIX, juntamente con el amarillo y verde de las bocas de agua utilizadas por los bomberos.
En busca de la historia
Un rasgo bastante curioso es el hecho de poder encontrar edificios históricos del siglo XVII al lado mismo de modernos rascacielos con grandes fachadas de cristal y con más de 50 pisos. Pocas ciudades estadounidenses ofrecen, como Boston, una sensación de historia. En estas calles se desarrollaron muchos acontecimientos decisivos en la lucha por la independencia de las colonias inglesas en América. Para conocer y entender un poco esta historia lo mejor es es realizar el recorrido conocido como Freedom Trail (Ruta de la Libertad).
Empiezo el recorrido en el céntrico Boston Common, un enorme espacio verde de más de unas 20 hectáreas que tiene el privilegio de ser el primer parque público de todo Estados Unidos. Aunque suene extraño, el parque no surgió de la ciudad, sino que fue ésta la que creció a su alrededor. En su larga historia, el Common, se utilizó para muchos propósitos, desde ser tierra de pastos para el ganado a lugar de ejecuciones públicas, e incluso llegó a albergar el campamento de las tropas británicas desde antes de la revolución hasta su marcha para hacer frente a la resistencia colonial en Lexington y Concord. En la década de 1860 también fue un área de reclutamiento para la Guerra Civil así como un centro de reuniones en contra de la esclavitud. En los años 60 del siglo XX fue aquí donde se concentraba la gente para manifestarse en contra de la Guerra de Vietnam y a favor de los derechos humanos. Personajes ilustres como Martín Luther King, el papa Juan Pablo II o Glória Steinem (defensora de la revolución feminista) realizaron sendos discursos.
A lo largo del itinerario paso por lugares muy significativos, como el Robert Gould Shaw Memorial, monumento dedicado a quien fue coronel de un ejército formado íntegramente por soldados negros. Cuando se enteró de que sus soldados afroamericanos cobraban menos que los blancos encabezó una protesta que culminó con la igualdad de salarios. Justo enfrente está The State House.
En contra de la esclavitud
No demasiado lejos me encuentro con la Park Street Church, una bella iglesia donde William Lloyd Garrison dio aquí el primer discurso contra la esclavitud el 4 de julio de 1829, estableció una innovadora reforma de las prisiones, organizó movimientos a favor de los derechos civiles y de los animales. A su lado esta The Granary Burying Ground, es decir, el cementerio. Aquí se encuentran más de 2.000 tumbas fechadas, pero en realidad se cree que hay cerca de 5.000 enterramientos. Fue utilizado desde el 1660 hasta el 1880 después que en el de Kings Chapel and Burying Ground ya no cabía nadie más.
En este ultimo se encuentra la tumba de Elizabeth Pain, que fue la colona que inspiró a Nathaniel Hawthorne a escribir La letra escarlata, libro que forma parte del programa de educación de muchas de las escuelas de Estados Unidos. Muy cerca está el Old Corner Bookstore que fue el centro del movimiento literario de Boston durante el siglo XIX ya que algunos escritores famosos pasaban aquí muchas horas. Curiosamente el edifico moderno de enfrente es la librería Borders.
La casa de un hombre es su castillo
Cruzo la plaza y llego a la Old South Meeting House, templo que entró en la historia el día que acogió a más de 5.000 colonos en una reunión celebrada en 1773. Este encuentro estableció las bases para el Motín del Té, uno de los hechos más dramáticos que ocurrieron en la ciudad durante la época de la revolución. En The Old State House, 15 años antes que se proclamase la Declaración de la Independencia, James Otis pronunció un discurso en el que criticaba las Órdenes Judiciales de Asistencia; según estos mandamientos el rey podía registrar las casas sin tener ninguna razón concreta para hacerlo. Otis lo argumentó diciendo que “la casa de un hombre es su castillo” y que “aquél que emite estas órdenes es un tirano”. John Adams, que tiempo después se convertiría en el segundo presidente de Estados Unidos, al oír esas palabras declaró que “allí y entonces nació la primera Independencia”.
Delante mismo de la entrada principal una estrella grabada en los adoquines nos recuerda el punto donde sucedió dicha llamada en Boston Massacre Site, lugar donde cada 5 de marzo se dramatizan los hechos ocurridos en ese mismo punto. No muy lejos está Faneuil Hall, un antiguo mercado construido en 1742, y que en la actualidad continua realizando las mismas funciones pero con otro tipo de mercancías, como recuerdos o todo tipo de artículos relacionados con los equipos locales, Boston Red Sox en beisbol, Boston Bruins en hockey hielo o los míticos Boston Celtics en baloncesto. En el edificio contiguo, el Quincy Market, aprovecho para realizar un alto en el camino ya que ofrece la posibilidad de degustar platos de diferentes tipos de cocina del mundo.
La galopada nocturna de Paul Revere
“Escuchad, hijos míos, y oiréis la galopada nocturna de Paul Revere”. Así empieza el poema de Henry Wadsworth Longfellow que describe el recorrido que realizó desde Boston hasta Lexington y Concord en 1775, avisando de la llegada de los ingleses. Desde entonces generación tras generación de escolares han memorizado este poema recordando esa fatídica noche de abril. En el 19 de North Square puedo realizar la visita a la que fue su casa, la Paul Revere House, una de las más antiguas de la ciudad y fechada en el 1680. Detrás de la Old North Church hay un parque donde puedo ver la estatua dedicada a él montando a caballo.
Más allá y en la parte superior de la colina esta el Copp’s Hill Burying Ground, este cementerio es el segundo más antiguo de la ciudad, data del 1860. Siguiendo el recorrido y después de cruzar el puente de N Washington St., me dirijo hacia el puerto donde está amarrado la USS Constitution, que fue botada por el presidente George Washington y que la nombró así en referencia y honor a la Constitución de Estados Unidos. El recorrido lo acabo un poco más arriba, concretamente en el monumento de Bunker Hill, un obelisco de granito de 67 metros construido en el lugar donde se produjo, el 17 de junio de 1775, la batalla más importante de la revolución norteamericana. Al terminar el recorrido decido retroceder sobre mis pasos y regreso a Marshall Street donde acabo tomando una cerveza en el Green Dragon Pub, conocido por ser uno de los favoritos de los llamados “Hijos de la Libertad”.
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