Durante estos días estamos hablando de diversos aspectos de Valencia. Hemos recorrido la ciudad en bici, nos hemos sentado a sus mejores mesas, hemos visitado los monumentos más hermosos, los museos más variados y su gran espacio natural, la Albufera. En torno a todas esas temáticas también se aglutinan experiencias dirigidas a un público de mayor poder adquisitivo. A ellos va dirigido Valencia Premium, marca que pretende posicionar la ciudad como un destino de lujo, ofreciendo rutas personalizadas en las que el estilo de vida sea su bandera. Para ello, el proyecto cuenta con cuatro sólidas patas: su rico y variado patrimonio, la gastronomía de los restaurantes con estrellas Michelin, los alojamientos de cinco estrellas y Gran Lujo y el sector de las compras con firmas de las más importantes, tanto a nivel nacional como internacional.
Valencia monumental
La calidad de los monumentos de Valencia no es solo alta, sino también muy variada en cuanto a épocas y estilos arquitectónicos: restos de los pobladores primitivos, gótico, barroco, renacentista, modernista. Podemos hacer un fiel recorrido a los más de dos milenios de historia de la ciudad a través de sus edificios. Empezando por la Almoina y acabando en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. El catálogo incluye edificios tan notables como la Lonja de la Seda o palacios del gótico civil valenciano, el barroco del Palacio del Marqués de Dos Aguas, las pinturas renacentistas de la Catedral o del Patriarca —qué espectacular puede ser una misa allí—, la arquitectura modernista de los edificios de la calle Paz, del Ensanche, de la Estación el Norte y de los mercados Central y Colón. Pasando de lo estático a lo vivo no podemos dejar pasar la oportunidad de asistir a una sesión del Tribunal de las Aguas, cada jueves a las 12 de la mañana. No hay que olvidar tampoco los numerosos espacios naturales que hay tanto en la ciudad como a su alrededor.
La gastronomía y sus estrellas
En Valencia hay cuatro restaurantes con una estrella Michelin: Ricard Camarena, Riff, El Poblet y La Sucursal. Alguno de los mencionados, estoy seguro, va camino de la segunda estrella, igual que hay algún restaurante que debería tener la primera hace tiempo —me gusta especialmente lo que hace Stephen Anderson en Seu-Xerea— y algún otro que recuperará la perdida —Vertical se ha quedado sin ella recientemente. Dejando al margen las estrellas, hay que destacar la apuesta de Camarena y Dacosta por Valencia, prueba de ello son Central Bar, Canalla Bistro y Habitual del primero y Mercat Bar y Vuelve Carolina del segundo.
El producto de Valencia, huerta y mar, está muy presente en la cocina de todos estos restaurantes y fue uno de los motivos por los que Bernd Knöller, del restaurante Riff, decidió quedarse en Valencia: considera un privilegio el hecho de poder ir a la lonja cada mañana temprano o acercarse al mercado a ver qué ha dejado la huerta. El cocinero alemán ha puesto en marcha una interesante actividad que está teniendo mucho éxito: Un día con Bernd, en el que le acompañamos a comprar los ingredientes que luego cocinaremos en el restaurante. Tiene un precio de 200 euros y se incluye un menú degustación.
La familia Andrés Salvador, al frente de La Sucursal, está trabajando en un importante proyecto que tendrá como escenario el edificio Veles i Vents y contempla la apertura de tres nuevos restaurantes. El postre lo podemos ir a buscar a la pastelería que Paco Torreblanca tiene en la ciudad, ubicada muy cerca del mercado de Colón.
Alojamientos de cinco estrellas
Valencia tiene tres alojamientos de 5 estrellas —Caro Hotel, Hospes Palau de la Mar, SH Valencia Palace— y 2 de categoría Gran Lujo —Hotel Balneario Las Arenas y The Westin Valencia—, pero más allá de su categoría algunos ofrecen la posibilidad de dormir en singulares edificios que forman parte de la historia de Valencia. El Hospes Palau de la Mar está situado en un palacete del siglo XIX, en una antigua fábrica (1907) de tejidos encontramos The Westin, de arquitectura y decoración Art Déco; Las Arenas ocupa el histórico balneario del mismo nombre, fundado en 1898 con ínfulas de templo griego. Pero quizás el más especial es el pequeño Caro Hotel, de 26 habitaciones. Conserva en su interior un mosaico romano de más de 2.000 años de antigüedad, un pedazo de la muralla árabe que cerraba la ciudad y algunos arcos góticos. Fue el Palacio Marqués de Caro y está catalogado como edificio histórico.
Las compras selectas
Valencia tiene una gran tradición artesana, orfebres, maestros de la seda y ceramistas han dado fama al trabajo hecho a mano. El máximo exponente es Lladró, que continúa sin externalizar ninguna de las fases de un proceso totalmente artesanal. Tiene una tienda en la calle Poeta Querol. En la misma calle también encontramos algunas de las grandes firmas de la moda internacional. Siguiendo con los artesanos locales, también destaca el trabajo de Rafael Torres, cuarta generación de una familia de joyeros. Cumplen 120 años en el negocio y desde el año 1936 están en su tienda de la calle de la Paz. En el Ensanche valenciano la arquitectura se encuentra con el shopping, entre tienda y tienda podemos ver algunas de las mejores fachadas modernistas de la ciudad. Para el negocio tradicional, también con amplia presencia del producto artesano, tenemos algunas tiendas alrededor del Mercado Central y la Plaza Redonda, que hace pocos años sufrió una remodelación a mi entender poco acertada: necesaria para los comerciantes y vecinos pero que borró por completo el encanto que tenía anteriormente.
Fotos y texto: Félix Lorenzo y Rafa Pérez
Si quieres más información, visita la página de Turismo de Valencia.
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