La editorial Anaya, en su colección Photo Club, ha publicado el libro Fotografía de aventura y en condiciones extremas, de los fotógrafos Kris Ubach y Roberto Iván Cano. Entrevistamos a los autores y te traemos un regalo.
Tras ver detenidamente vuestro libro, la primera pregunta que me surge es ¿cuántas cámaras, ópticas o resto de material fotográfico ha muerto en combate?
(Roberto) En realidad menos de lo que podría haber sido, la verdad. Pero el agua o la gravedad se han llevado unas cuantas cosas. Un equipo de Canon, cámara y un par de objetivos se fueron al fondo del mar. Hace poco un 14-24 de Nikon se estampó en el hielo al volcarse el trípode con la cámara por el viento, algún 70-200 ha rodado colina abajo… La verdad es que es mejor no pensar demasiado en la cantidad de dinero que ha volado, aunque algunas veces el material está asegurado.
Al mal tiempo buenas fotos, ¿verdad?
(Roberto) Eso es lo que han dicho muchos grandes fotógrafos antes que nosotros y creemos que tienen mucha razón. Los cielos azules son aburridos, cuando les añadimos unas cuantas nubes la cosa gana bastante, pero nada es comparable a cuando se abre el cielo en un día de tormenta y se cuela la luz del atardecer entre las nubes, eso es magia y fotón asegurado. Pero hay que armarse de valor y paciencia, hay que pasar frío, mojarse y perder muchas caminatas fustradas, pero cuando suena la flauta, suena de verdad.
Los fotógrafos de Magnum dicen que lo primero que debes comprar para ser un fotógrafo es un buen par de zapatos. Para hacer fotografía en condiciones extremas, ¿es un buen abrigo?
(Kris) Efectivamente. Después aquella primera experiencia fotografiando la Aurora Boreal hace siete años, en la que casi morimos congelados, nos quedó claro que lo primero que hay que hacer antes que nada es protegerse uno mismo, ya sea para el frío, para la humedad o para el calor extremo. Resulta muy difícil, por no decir imposible, enfrentarte a una sesión de fotos con temperaturas muchos grados bajo cero, si no te equipas con unos buenos guantes y ropa térmica en condiciones. El frío te impide pensar, te impide trabajar. Hay que minimizarlo en la mayor medida posible.
La mayoría de las fotos sugieren un alto grado de aislamiento, ¿se puede vivir sin Whatsapp y sin Facebook?
(Kris) Por supuesto. De hecho viajar a lugares tan remotos en los que igual pasas un par de semanas sin cobertura resulta, en cierto modo, liberador. A mi vuelta del viaje a Antártida, había olvidado, incluso, el password del teléfono. Fue solo un lapsus. A los cinco minutos ya estaba leyendo ávidamente los 5.326 watsapps pendientes.
¿Cuál es la mayor diferencia de temperatura que habéis vivido en un menor lapso de tiempo?
(Kris) Hace cuatro años trabajé en Nicaragua a casi 40 grados y de allí volé a la Laponia finlandesa directamente sin pasar por casa. Estábamos en febrero y en Finlandia el termómetro marcaba unos 20 grados bajo cero. En la misma maleta llevaba el anorak de plumas y el bikini, algo que me ha pasado en más de una ocasión. También el año pasado, entre Andorra y Cuba, isla a la que viajé con los descansos en la maleta.
Me imagino que viajes y fotografías así requieren de una gran preparación, no os podéis dejar nada a riesgo de acabar comiéndoos el arroz de Calasparra de Roberto.
(Roberto) Jajajaja El arroz de Calasparra es la clave de todo 😉 En realidad un saquito de lentejas también puede hacer la función… Os cuento el truco: Muchas veces no es posible poner el trípode, por temas de espacio en un jeep de un safari por ejemplo, o por permisos como te puede pasar en lo alto del Empire State. Como el saco de arroz se puede amoldar, sirve como sustituto de trípode apoyado en la ventanilla del jeep o en el poyete del rascacielos americano.
En cualquier caso, siempre hay que tener bien claro dónde vas y lo que vas a encontrar. Si no me hubieran dicho que te quitan el trípode en el control del Empire no hubiera llevado las lentejas para hacer las nocturnas.
De la misma forma, hay que llevar muy estudiadas las condiciones que vamos a encontrar para fotografiar un paisaje. La posición del sol, estado de la luna y horas en las que la vamos a ver, la posición de la Vía Láctea, incluso las horas de la pleamar y bajamar pueden significar la diferencia entre una foto mediocre y la apertura de un reportaje o una portada.
Para saber todos estos datos, hay aplicaciones que ya podemos llevar incluso en el móvil, como Photoefemérides o Photopills, que son auténticas enciclopedias.
¿Qué se siente al tocar a la vez dos continentes?
(Kris) Es una experiencia que hay que vivir un vez en la vida. Hay quien escogería realizar un safari en África, bañarse en una isla tropical o asistir a un festival en la India, por ejemplo. A los que somos viajeros de raza, los que coleccionamos Atlas antiguos y colgamos mapas de todo tipo en las paredes, nos fascinan ese tipo de cosas determinadas por la geografía: tocar dos continentes a la vez, como hicimos buceando en Islandia, ver el lugar dónde nace un río mítico o pisar la línea ecuatorial… Eso nos pone.
Frío, humedad, polvo, barro, calor extremo… La fotografía es una actividad placentera, ¿no? Me imagino que a vosotros no os vendrá mucha gente con la cantinela de si necesitáis a alguien para llevar el trípode.
(Kris) Te sorprenderías de la de veces que nos han dicho esa frase a pesar de todo. Vayas donde vayas. Tú sabes que ésta es una profesión muy idealizada y cuando dices que te marchas a fotografiar las estrellas, mucha gente no se para a pensar que eso implica horas a la intemperie, trasnochando y después durmiendo en una tienda de campaña a muchos grados bajo cero. Por no hablar de las largas caminatas con el equipo a cuestas que pesa lo que no está en los Escritos. Hay que decir que en esos momentos sí nos acordamos de aquellos que se ofrecieron a llevarnos el trípode.
¿Fotografía en condiciones extremas en Madrid?
(Kris) Las condiciones extremas a las que nos referimos en el libro pueden darse en la sierra Madrid en febrero, en el Pirineo de madrugada o en Asturias un buen día de lluvia. Hemos llegado a pasar más frío y a lidiar con más metros de nieve en Ordesa o en Cotos que en Groenlandia, por ejemplo. Eso depende de la época del año en la que viajes y de lo bien preparado que vayas. Y la ausencia de luz, a la que le dedicamos un capítulo en el libro, puede darse en cualquier lugar, en una cueva en el Garraf o en Cantabria, sin ir más lejos.
Y cuando llega la noche, ¿se acaba la luz?
(Roberto) Se acaba la luz y ¡empieza la fiesta! Es momento de paciencia, frío y retos. La parte más difícil de la fotografía de paisajes es la nocturna, pero se pueden conseguir imágenes llenas de misterio y magnetismo. En realidad, si hay luna, para la cámara es como si hubiera un sol menos potente, con el tiempo de exposición adecuado se pueden conseguir imágenes como si fuera de día pero con una atmósfera diferente. Al no haber cielo azul o nubes, que reflejan la luz durante el día, las sombras son mucho más profundas, eso le da mucho más contraste a la escena.
Si no tenemos el satélite el cuento cambia. Es buen momento para fotografiar la Vía Láctea, pero hay que apoyarse en siluetas o rellenar con flashes y linternas. Es un mundo en el que la creatividad no tiene límite.
Enlazando con la anterior pregunta, una de las fotografías que más me ha gustado es la de la Vía Láctea con un volcán en Hawaii. No me interesa tanto la técnica como las sensaciones que tuvisteis al estar allí.
(Roberto) Pues imagínate…Llevábamos años soñando con ir a esa mítica isla que está al otro lado del mundo, con un volcán que lleva más de treinta años en erupción. Habíamos alquilado una California de los años 80 para dormir dentro y amanecer directamente en los puntos interesantes. Cuando llegamos al mirador del centro de interpretación de Parque de los Volcanes, no esperábamos encontrar ese espectáculo, sólo ver un poco el fulgor del volcán en las nubes y esperar al amanecer para ver el campo de lava. Estaba nublado cuando empezamos a subir por la carretera y era de noche, no se veía nada, pero poco a poco dejamos las nubes abajo y vimos el cielo estrellado como sólo se puede ver en una isla en medio del Pacífico. Al bajar del coche se apreciaba un poco el rojo del volcán en las nubes bajas de azufre y cuando de repente vimos el cráter que se abría al centro de la Tierra fue una pasada. Hacía mucho viento y frío a más de 2000 metros de altura, así que nos pusimos dos pantalones porque no estábamos demasiado preparados. Nos quedamos varios minutos allí plantados, antes de poder siquiera sacar las cámaras, observando todo el universo y el centro de la Tierra al mismo tiempo. Uno de esos momentos mágicos que te brinda la fotografía.
A veces, la fotografía miente como un bellaco, un caso que lo demuestra es la fotografía del Antelope Canyon, en Arizona. ¿Qué nos podéis contar acerca de fotografiar en uno de los lugares más espectaculares de Estados Unidos?
(Kris) Como bien sabes, la fotografía más cara de la historia —de Peter Lik, vendida por 6,5 millones de dólares— se hizo en este lugar. Y sí, Antelope Canyon es muy espectacular y fotogénico. Pero la realidad es que visitarlo (y fotografiarlo) es todo un desafío no tanto por las condiciones de aridez, de poca luz o de encontrarse en un lugar remoto, sino por el hecho de estar literalmente inundado por los grupos de turistas. El cañón es muy estrecho, hay lugares en los que las paredes apenas se separan medio metro, y tener que lidiar con el trípode y los grupos de 50 japoneses que pasan cada diez minutos convierten la experiencia en un verdadero suplicio. Eso es algo que también sucede en el Siq, en Petra, Jordania. En el libro contamos la experiencia de cómo conseguimos fotografiarlo sin gente.
Viendo la fotografía de Death Valley me he acordado de algunas de las imágenes de Edward Weston, que encontró sensualidad en pimientos, berenjenas hojas de col o en el tronco de los árboles. ¿La naturaleza es erótica?
(Roberto) Puede serlo desde luego. No tienes más que ver el trabajo de fotógrafos como Steven Bigler, Carl Warner o Allan Tejer que buscan la fusión del desnudo con la naturaleza consiguiendo mucho erotismo. Las curvas que presenta la naturaleza pueden ser, en ocasiones, muy sensuales.
En la última foto, como escondida antes del capítulo dedicado a postproducción, está la Esperanza. ¿Tan jodida está la profesión que la dejáis en ese rincón apartado?
(Roberto) Vaya… Pues si que has leído entre líneas!! Desde luego para vivir exclusivamente como fotógrafo de naturaleza o viajes la cosa está realmente jodida. Ahí cada uno busca su fórmula de equilibrio, su compromiso, su necesidad de seguir soñando. Por mi parte, he decidido combinar esta parte que es la que me mantiene vivo con una parte más comercial que me da de comer y paga la hipoteca. Tan sólo el 30% de mis ingresos vienen de esta rama de la fotografía. Desde luego, los grupos editoriales y clientes en general no nos están poniendo las cosas fáciles para nada.
El libro Fotografía de Aventura y en condiciones extremas cuenta con más de 200 páginas con fotografías de gran calidad en las que se explica cómo y en qué condiciones fueron tomadas. Si quieres un ejemplar del libro (puesto en casa dentro del territorio nacional) sigue estos sencillos pasos:
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Tienes tiempo hasta el próximo miércoles 24 de diciembre de 2014, día de Nochebuena, a las 12 del mediodía. Por la tarde se procederá a realizar el sorteo.
Lo que me parece extremo es el increíble talento que tienen estos dos fotógrafos.
Mis felicitaciones a los 2.
Un saludo
Raúl Lopez
Todo lo que explicais es realmente impresionante. Simplemente genial.
Saludos,
Mo
Muy buen trabajo por estas imagenes tan reales, en condiciones extremas es muy dificil ser objetivo y vosotros lo habeis conseguido… felicidades
Muy recomendable.