La Transpirenaica Social y Solidaria es una travesía de alta montaña que ha nacido con un fin muy claro: llamar la atención sobre problemas de exclusión social. En su segunda edición, los participantes —en total 150, aunque como mucho han coincidido al mismo tiempo unas 20 personas— están recorriendo las cimas, los valles y los senderos del GR11, desde Hondarribia (País Vasco) hasta Cadaqués (Cataluña). Es, por tanto, una caminata con fines sociales que está transportando (termina el 25 de julio) un mensaje optimista y que aúna a emprendedores, montañeros, jóvenes en riesgo de exclusión, representantes del mundo de las ONGs y profesionales de distintos sectores. Tal y como ocurre cuando se peregrina a Santiago, el ambiente es distendido, los lazos de amistad surgen de manera natural y es fácil que algunos espontáneos se vayan uniendo por el camino.
Caminando con Shahid y Mohit
Shahid y Mohit están recorriendo en seis semanas los 800 km del GR11 (otros chicos sólo completan algunas etapas). A sus 22 años, son una fuente inagotable de energía. Hemos tenido la oportunidad de caminar junto a ellos, conocer de cerca su historia e ir sumando kilómetros mientras intercambiábamos experiencias. Es evidente que en otro entorno la confianza necesitaría más tiempo para establecerse entre unos y otros. En la montaña, con el mapa y los retos de cada día delante, es más sencillo saltarse estereotipos y barreras psicológicas. Nosotros hemos andado 10 días junto a ellos y otros integrantes de la TSS, y la experiencia ha sido muy gratificante.
Por un lado, el Pirineo y su magnificencia. Cada día te descubre un paisaje diferente, desde lagos glaciares que recuerdan a la Patagonia hasta hayedos que enternecen al más recio, sin olvidarnos de heleros, ríos y cascadas. El Pirineo es, por cierto, agua y más agua, un hervidero de vida en un fluir continuo. Cada estación se renueva y se transforma; algo parecido a lo que está ocurriendo en nuestra sociedad, donde muchos Shahids y Mohits (cada uno con una historia y personalidad diferente) conviven y convivirán con nosotros. Somos de la opinión que sin conocimiento no hay respeto. En ese sentido, la Transpirenaica Social y Solidaria es una buena oportunidad para palpar otras realidades. Y esto es aplicable en ambas direcciones: para que los chicos se relacionen con un tipo de personas ajenas a su vida cotidiana y viceversa.
Esta travesía también entronca con los valores y aspiraciones del turismo sostenible que promulga, entre otros, la necesidad de un viajero más consciente y respetuoso con el medio ambiente y con las sociedades con las que interactúa. Como en este caso nos encontrábamos en la montaña, lo mejor era charlar con el personal de los refugios. La vida en el Pirineo no es sencilla, sobre todo en invierno. Bien es verdad que ahora muchos de los suministros se transportan en helicóptero pero todavía hay gente que dos meses al año llega al trabajo en esquís de fondo y que no es extraño tener que palear nieve para entrar en la “oficina”. Si te animas a vivir esta o una experiencia parecida debes estar preparado, salvo que seas asiduo a la montaña, para las agujetas y alguna ducha fría, así como para compartir literas con desconocidos y otro tipo de incomodidades. Es lo de menos, cada etapa esconde sorpresas realmente agradables y lo mejor es tomarlo como experiencias nuevas.
No nos podemos olvidar de la parte social de esta iniciativa. Aparte de los ya mencionados, otros jóvenes han recorrido algunas etapas del GR11. Cada uno de ellos ha superado obstáculos bien distintos y esconden historias humanas intensas, algunas ellas dignas de un documental. Por ejemplo, Mamadou es un chico senegalés que llegó a España para ganarse la vida con el fútbol. La realidad que se encontró era muy distinta a la que se esperaba y sus primeras experiencias en Barcelona fueron realmente difíciles. Hoy día, gracias a su tesón y a la ayuda de algunas instituciones públicas y privadas, está despegando. Su espíritu emprendedor le ha llevado a embarcarse en proyectos inimaginables tan sólo unos años atrás, como una ONG que trabaja por la educación en su país natal o una pequeña empresa de rutas alternativas en bici por la Ciudad Condal.
¿Cómo participar en la Transpirenaica Social y Solidaria?
La TSS 2014 está a punto de finalizar (25 de julio) por lo que este año es complicado caminar junto a ellos. Si te interesa participar en la próxima edición ponte en contacto con la organización para que te asesoren y te expliquen con detalle el proyecto. No obstante, si lo consideras conveniente, puedes seguirles en la redes sociales:
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También puedes aportar tu granito de arena en la campaña de crowdfunding que han montado.
Y, finalmente, un último consejo: si te animas a recorrer el Pirineo no olvides hacer el petate al menos tres veces, siempre con menos peso: cada gramo cuenta en la mochila.
Espectacular aventura!