Llegué a Bharatpur con una frase metida en la cabeza: Bharatpur is a birder’s paradise. Con estas potentes palabras empieza la descripción que hizo Nigel Wheatley, en su Where to watch birds in Asia, de uno de los espacios naturales con mayor número de aves avistadas de todo el continente asiático. Alrededor de 400 especies han sido registradas en Bharatpur, un número excepcional para un espacio de tan solo 29 kilómetros cuadrados.
El origen
Para entender el origen del parque hay que retroceder más de 250 años, cuando el Maharaja Suraj Mal decidió construir una serie de embalses con la intención de proteger la ciudad de posibles ataques. Uno de ellos, el Ajan Bund o embalse del suroeste, fue utilizado para inundar una depresión natural —con las aguas de los ríos Gambhir o Gambira y Banganga— epicentro del actual Parque Nacional. El agua favoreció la proliferación de vegetación acuática y como consecuencia un gran número de aves migratorias empezó a utilizar las marismas para alimentarse y descansar.
En el año 1902, la zona se convirtió en reserva de caza y fue inaugurada oficialmente por el Virrey de la India del momento, Lord George Curzon. Con el paso de los años fueron llegando los récords ornitológicos: el primero de ellos en 1938, con una brutal cacería que acabo con la vida de 4273 aves. Afortunadamente la zona se convirtió en santuario para las aves en 1956, en Parque Nacional y sitio Ramsar en 1981 y en Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985. Actualmente el santuario de Bharatpur es conocido oficialmente como Parque Nacional de Keoladeo o Keoladeo Ghana.
Visitando el parque
Tengo que reconocer que en mi primer día, antes de llegar a la puerta de entrada, cuestioné la frase de Wheatley… El cycle rickshaw me recogió a la seis de la mañana y en escasos diez minutos alcanzamos la taquilla de entrada, donde varios guías me ofrecieron sus servicios. Bharatpur es conocido por poseer la mejor cantera de guías ornitológicos del país.
Mi sorpresa fue mayúscula cuando tras diez estresantes minutos de recorrido esquivando de todo —el parque limita con la concurrida carretera que une Bharatpur con Jaipur— pasamos el arco de entrada. Las bocinas fueron sustituidas por los gritos de pavos reales comunes (Pavo cristatus) y por el repetitivo reclamo del barbudo cabecipardo (Megalaima zeylanica). Una estrecha carreterita no apta para vehículos motorizados y jalonada de acacias conducía, ahora sí, al birder’s paradise de Wheatley.
En pocas horas las observaciones se fueron sucediendo y la lista de especies no paró de aumentar —a pesar de no estar en el mejor periodo del año— con pájaros tan vistosos como la cigüeña lanuda (Ciconia episcopus), la carraca india (Coracias benghalensis), el tejedor baya (Ploceus philippinus) o el cálao gris indio (Ocyceros birostris). Pero en Keoladeo también es posible observar con relativa facilidad diversas especies de mamíferos como chacal dorado (Canis aureus), macaco Rhesus (Macaca mulata), mangosta hindú gris (Herpestes edwardsii), nilgai (Boselaphus tragocamelus) —el antílope de mayor tamaño de la India— y chital (Axis axis). Y entre la herpetofauna es abundante la pitón de la India (Python molurus) y diversas especies de tortugas como Lissemys punctata, una curiosa criatura acuática de característico caparazón blando.
Algunos consejos
La mejor época para la visita va de octubre a marzo. Es posible recorrer los caminos del parque en un cycle rickshaw oficial o, si se prefiere, se puede alquilar una bicicleta en la entrada. En invierno algunas áreas sólo son accesibles en bote. Algunos de los conductores de cycle rickshaw tienen también buenos conocimientos de la fauna y la flora. En el interior del parque sólo es posible alojarse en el Hotel Bharatpur Ashok (Forest Lodge). Fuera del parque podéis hacerlo en el Iora Guesthose, situado a escasos quince minutos a pie de la puerta de entrada. El propietario es Devendra Singh, naturalista y amante de las aves, y ofrece unas habitaciones muy correctas a un precio razonable.
La mejor forma de llegar a Bharatpur es entrando a India por Delhi. FINNAIR vuela a Delhi, vía Helsinki, 3 días a la semana (martes, jueves y sábado para los vuelos de ida y miércoles, viernes y domingo para los de vuelta). En la escala de Helsinki se puede disfrutar de uno de los mejores aeropuertos de Europa, que ofrece wifi ilimitado y gratuito así como estaciones de carga para nuestros dispositivos electrónicos. Los vuelos se operan con aviones Airbus A330.
En cuanto a precios, ahora mismo encontramos vuelos por 595 euros en clase turista y 1299 euros en business para salidas desde Barcelona, Madrid o Málaga.
Para condiciones, más información y reservas, puedes consultar la página de Finnair.
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