La pintura primitiva flamenca es una de las joyas de la historia del arte universal. Es el triunfo de unos maestros que superaron las convenciones que dominaban la práctica de la pintura y dieron un impulso nuevo a sus creaciones. Siguieron creando escenas religiosas, como hicieron sus predecesores, pero también elevaron al máximo la profundidad psicológica de los personajes retratados. Estos eran los magistrados y comerciantes que triunfaban en una época en la que Flandes dominaba la manufactura y el comercio de telas en Europa y creaba una sociedad urbana, sofisticada, amante del arte y de la cultura. Los grandes maestros, como Jan van Eyck, Dirk Bouts, Rogier van der Weyden, Hans Memling o los Brueghel entre otros, consiguieron captar lo más profundo del alma humana en una época de cambios y esplendor. Aunque acabó siendo influida por el Renacimiento llegado de Italia, esta escuela de pintura surgió de manera original y creó un monumento artístico que se puede apreciar en numerosos museos de Flandes.

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