El museo, ay, ese espacio relacionado con la cultura que acostumbra a costarnos. Con tantas horas de sol al año quién cambia las terrazas de Valencia, la cerveza —ojo a las artesanas que están elaborando y a la cervecería Ruzanuvol— y los vinos —¡cómo están trabajando la uva en la Comunidad Valenciana!— por el espacio cerrado y las exposiciones. En Kamaleon queremos darte motivos para que te levantes de la silla y dediques un rato a pasear por salas con cuadros, cerámica, imaginería o soldaditos de plomo. Da igual en qué tribu urbana te encuadres o qué etiqueta te cuelgues: foodie, friki, gafapasta, nihilista, verde, letraherido o, simplemente, curioso.
En Valencia hay un museo para cada uno. Además, el precio no puede ser una excusa porque son muy baratos, incluso algunos gratuitos. Hay museos para las personas que se emocionan con el arte hecho hasta principios del siglo XX y para los que entienden todo lo que vino después, para creyentes y para hombres de ciencia. Hemos estado en los museos de Valencia y te lo contamos. Sí, hemos entrando en todos los que nombramos. Ha habido bastante emoción, sorpresa, conocimiento adquirido, fascinantes historias personales, disfrute del espacio y también un punto friki, de deformación profesional del viajero que decide ir en busca del baúl de la Piquer. Y lo encuentra.
Bellas Artes
Está situado en el antiguo Colegio Seminario de San Pío V. La sala con los Sorollas debería ser suficiente motivo para visitar la gran pinacoteca de la ciudad. ¿O acaso no basta el Mediterráneo pintado, con toda su luz, para querer pasar un rato en un museo? 42 obras del artista valenciano figuran en la colección. Por si Sorolla no es suficiente, paseando por las salas nos encontramos con Goya, El Bosco, Van Dyck, Murillo, Velázquez o Ribera entre otros notables de la pintura universal. También destaca la magnífica colección de retablos góticos.
Obviamente, el museo de Bellas Artes figura en la Ruta Sorolla. Hay un motivo más para ir al museo de Bellas Artes que no nos resistimos a contar: nos gusta, adoramos, queremos muy fuerte a los museos que prohíben a los visitantes utilizar el palo para selfies.
Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM)
El museo de las vanguardias y de los -ismos, todas las tendencias de las primeras décadas del siglo XX. De ahí en adelante, demostrando que ese periodo artístico tuvo como banderas la innovación y la experimentación, también la provocación y la exploración de los límites del arte, añadiríamos nosotros. Disponen de un fondo de más de 11.000 obras: pintura, escultura, dibujo, fotografía y vídeo. Entre la colección del museo, destacan las obras de Julio González y de Ignacio Pinazo.
Hay una exposición temporal que nos ha interesado bastante, Construyendo Nuevos Mundos (1914-1945), una selección de obras de la vanguardia histórica que muestra el carácter rupturista del arte entre esos años. La podemos ver hasta el 10 de abril de 2016. Entre las que están por venir, la inauguración será el 18 de febrero de 2016, nos quedamos con la exposición de pintura y fotografía Entre el mito y el espanto. El Mediterráneo como conflicto, que pretende ser una reflexión de la existencia de nuestra geografía como entidad cultural, social o política.
Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad (MuVIM)
¿Una exposición sobre el cocinero Quique Dacosta en un museo? Sí, la podemos ver hasta el día de Reyes. El mundo interior del chef triestrellado (más una de su restaurante El Poblet en Valencia), los procesos creativos, su universo a través de la materia prima presente en su cocina.
El MuVIM nace con el concepto de museo de las ideas, con la vista puesta en la Ilustración histórica que tuvo lugar en el siglo XVIII y la Modernidad que siguió a ese periodo. Pretende ser un museo de y para la sociedad, mediante un acercamiento a la cultura, la ideología y las artes del mundo contemporáneo. Tienen una programación que incluye ciclos de cine, jornadas temáticas y talleres didácticos. El edificio es obra del arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra.
Museo Fallero
¿Adónde van los ninots indultados en Fallas? La belleza y la sonrisa que sean capaces de provocar, incluso aunque tenga tono burlón, pueden salvar a un ninot del fuego. Cada año, por votación popular, se indultan dos ninots, uno de falla grande y otro de falla infantil. Junto con el cartel ganador y las fotografías de las fallas más espectaculares van a parar a la colección del Museo Fallero, situado en el antiguo convento de los Padres Paúles. Como conservan ninots de varias décadas, el museo es un buen lugar para ver la evolución de los materiales utilizados y la sofisticación que han alcanzado los diseños. En la década de los 20, del siglo pasado, se levantaron algunas voces que proponían salvar alguna figura a la que le habían cogido cariño. Sin embargo, no fue hasta el año 1933 cuando se indultó al primer ninot.
Museo del Arroz
¿Qué sabemos del ingrediente más conocido de la gastronomía valenciana? Vale, todos tenemos un cuñado que dice tenerle cogido el punto la paella, pero qué hay de la primera parte del proceso, del viaje que hace el grano de arroz desde el campo hasta el paquete de kilo. El cultivo del arroz marca el paisaje en los alrededores de la ciudad, en los campos que rodean la Albufera. El museo está ubicado en lo que fue el Molí d’Umbert, un molino tradicional que inició su actividad a principios del siglo XX y que tuvo que ir adaptando su maquinaria con el paso del tiempo. Pese a ello, el proceso de separación de la cáscara, blanqueamiento y separación de los granos enteros, apenas varió. Mediante una minuciosa restauración, con la intervención de la Universidad Politécnica de Valencia, podemos comprender todo el proceso tras el cual, ahora sí, el arroz queda en su punto.
Casa-Museo Benlliure
Un buen ejemplo de vivienda de la alta burguesía valenciana, en este caso la casa familiar del pintor José Benlliure Gil. Fue construida en 1883: tres pisos, un hermoso jardín mediterráneo y, obviamente, un estudio de pintura por donde pasó la saga de reconocidos artistas. En la visita a la casa podemos ver obras de los Benlliure, pero también de otros artistas coetáneos como Sorolla, Rusiñol o Muñoz Degraín. Es un museo para visitar sin prisa, observando cada detalle del estudio y dejando un rato para caminar por el jardín, de tono nostálgico y romántico, decorado con azulejo valenciano y esculturas.
Casa-Museo Blasco Ibáñez
La vivienda del escritor Vicente Blasco Ibáñez se encuentra en un lugar privilegiado, casi en el extremo norte de la playa de la Malvarrosa. Destaca la arquitectura del balcón, un guiño a Grecia, rematado con columnas jónicas y blancas cariátides. Es un edificio de tres plantas: salón de actos en la planta baja, en la primera la colección permanente donada por la nieta del escritor, donde podemos ver objetos personales, muebles originales, algunos retratos y obras artísticas; y la biblioteca dirigida a investigadores en la planta superior. El edificio está reconocido como Bien de Interés Cultural.
L’Iber, Museo de los Soldaditos de Plomo
La familia Noguera es propietaria del Palacio de Malferit, uno de los mejores ejemplos de la arquitectura gótica civil valenciana que encontramos en la calle dels Cavallers. Álvaro, el padre, inició una colección de soldaditos de plomo y pensó que el mejor lugar para mostrarla era el propio palacio. Su intención era acercar su pasión a los amantes del coleccionismo. Alejandro, el hijo, quiso ir más allá. Es Doctor en Historia Antigua y pensó que todas aquellas miniaturas podían servir para enseñar la Historia de la Humanidad en tres dimensiones. Hay más de 95.000 pequeñas figuras expuestas, pero el fondo del museo supera el millón de piezas. Ni todos son soldaditos ni todos son de plomo, pero sí es el museo más importante de miniaturas históricas del mundo. Para hacer las recreaciones de los momentos históricos estudian mapas topográficos, iconografía, libros. En la medida de lo posible, dotan de un plus de realidad al conjunto: para la escena que recrea la Batalla de Almansa recogieron arena de la propia localidad. Compran figuras en subastas como Christie’s y Sotheby’s, pero también en rastros, las encargan a fabricantes o las fabrican bajo su propia marca: FACAN, Fets a casa nostra (Hechos en nuestra casa). Actualmente tienen en preparación una sala que van a dedicar a la Ruta de la Seda, aprovechando que Valencia será Ciudad de la Seda en 2016.
Museo de Ciencias Naturales
Charles Darwin encontró, en la localidad argentina de Punta Alta, una serie de fósiles de mamíferos terrestres, hallazgo que fue esencial para su teoría de la evolución. En la colección paleontológica de Rodrigo Botet —valenciano que salió por patas por su apoyo a los carlistas y regresó como indiano rico— están todos aquellos ejemplares que Darwin mencionó tras el segundo viaje del Beagle. La gran importancia de la colección de Botet radica en que los restos hallados por Darwin fueron trasladados a Londres, pero un bombardeo durante la Segunda Guerra Mundial acabó con ellos. La pieza estrella es un esqueleto completo de Megaterio, de seis metros de longitud. También hay armadillos gigantes y un tigre de dientes de sable. El Museo de Ciencias Naturales de Valencia está ubicado en el que fuera el restaurante racionalista de los Jardines de Viveros.
Museo de Historia
El antiguo depósito de aguas fue construido por Ildefonso Cerdà a mediados del siglo XIX. El edificio es un hermoso exponente de la arquitectura industrial valenciana, además del Museo de Historia de Valencia. El propósito es acercar a los visitantes la historia de la ciudad mediante el uso de las tecnologías audiovisuales más novedosas. Una de las instalaciones más destacadas es la Máquina del Tiempo, que recrea veintidós siglos de historia a través de la realidad virtual. La planimetría de los archivos de la ciudad, los hallazgos arqueológicos y la arquitectura han conseguido que podamos sumergirnos en cualquier momento histórico de Valencia. También resulta muy interesante la exposición Valencia y su gente, que pretende construir una memoria gráfica con antiguas fotografías. La exposición se alimenta, principalmente, de donaciones particulares, fotografías que son digitalizas para rendir homenaje a los valencianos, sus modos de vida y las tradiciones perdidas.
Museo de la Semana Santa Marinera
Tradicionalmente, los participantes en la Semana Santa Marinera eran hombres de mar, familias de los barrios del Cabanyal, Canyamelar y Grau entre las que había pescadores, marineros, estibadores y vendedores de pescado. Las condiciones en que salían a faenar y la angustia con la que se esperaba en la orilla, daban motivos de sobra para rezar mucho. La aportación de esa gente al refranero popular lo dice todo: Si a Déu vols pregar posat en la mar (Si quieres rezar a Dios entra en el mar). Durante la procesión se lleva a los diferentes Cristos al mar, donde rezan por los que no volvieron de su día de pesca. En el museo se exponen imágenes originales, trajes y antiguos estandartes. La entrada es gratuita.
Otro de los museos relacionados con las celebraciones religiosas es el Museo del Corpus. Está ubicado en la Casa de las Rocas, construida en el siglo XV. No es tanto la cantidad de objetos allí expuestos como la calidad de los mismos: las águilas, los gigantes y cabezudos, la Tarasca, la cuca fera, el Dragón de San Jorge, hasta un total de once Rocas.
Museo del Patriarca
La visita a este pequeño museo no debe ser sino el primer paso para descubrir uno de los grandes espacios monumentales de Valencia. Tras pasear ante cuadros de El Greco, Joan de Joanes, Sariñena o Ribalta entre otros, hay que visitar el hermoso claustro renacentista. Tenemos que procurar que nuestro tiempo de visita coincida con una de las misas de la iglesia, especialmente la que tiene lugar de martes a domingo, a las 10 de la mañana, con el acompañamiento de cantos gregorianos. El interior de la iglesia está cubierto con las pinturas del genovés Bartolomé de Matarana, que las realizó entre los años 1597 y 1606. La penumbra que predomina en toda la nave y el incienso subiendo hacia la cúpula, en la que algún rayo de sol intenta colarse por los ventanucos, crean un ambiente que trasciende el hecho religioso —otros dirán que lo potencia— que allí se celebra para pasar a ser pura contemplación del arte, de las pinturas, al caprichoso ritmo que la luz dicta.
Eso sí, El Patriarca bien vale una misa pero con todo el respeto que merece visitar un lugar así en horario de celebración, por lo que nuestro consejo es que te sientes en uno de los bancos, como un fiel más, y disfrutes de la lucha que allí se da entre luz y penumbra.
Museo de las Ciencias Príncipe Felipe
Este es, probablemente, el único museo de Valencia donde se permite tocar. Es el edifico más activo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. El museo propone hacer un acercamiento didáctico, experimental e interactivo a la ciencia y la tecnología. Nos parece una estupenda manera de despertar la curiosidad de los niños por unos campos que en el libro de texto del colegio resultan mucho más aburridos. La exposición El legado de la Ciencia hace un recorrido cronológico por las investigaciones de tres premios Nobel, Ramón y Cajal, Severo Ochoa y Jean Dausset. En el Bosque de Cromosomas podemos acercarnos a las curiosidades del ADN humano y en Gravedad Cero vemos la recreación, a través del movimiento, de la fase de preparación para el lanzamiento hacia la Estación Espacial Internacional.
Museo Nacional de Cerámica
Está ubicado en el palacio del Marqués de Dos Aguas, notable edificio de apabullante fachada barroca de alabastro. Entre la colección de cerámica expuesta, principalmente de piezas de manufactura valenciana de las localidades de Alcora, Manises, Paterna y Valencia, encontramos algunas cosas interesantes, como la muestra de una clásica cocina con los elementos de uso cotidiano. Pero estamos ante un caso en que el contenedor, el palacio, se come al contenido. La fachada ya mencionada, el patio de acceso y la Planta Noble (primera planta) justifican totalmente la visita a este museo cuyo principal reclamo, la cerámica, no sería suficientemente consistente para abandonar la terraza de la que hablábamos al principio. El nombre completo es Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias “González Martí”, en memoria de la persona que inició la colección y el museo.
Casa-Museo Concha Piquer
¡Viajas más que el baúl de la Piquer! Todo el que se dedica, de una manera u otra, al asunto de los viajes ha escuchado alguna vez en su vida esta frase. Nosotros nos propusimos conocer la historia de ese baúl, de su propietaria, qué había transportado y si todavía existía. Y nos dimos de bruces con él nada más entrar en la casa de la artista. Ella era Concha, Conchita de nombre artístico, nacida en mitad de una tormenta y valenciana hasta la médula. Con 13 años, dejó pasmado a un empresario de un teatro en Nueva York. Tras la actuación, cantando El Florero en repetidas ocasiones, la bautizaron como The Flower’s Boy. Su éxito en Broadway coincidió con la época en que las funerarias escondían botellas de whisky en los ataúdes. En el museo podemos ver material discográfico, recuerdos personales, documentación gráfica, vestuario de la artista, así como la antigua vivienda en la que nació. Cuentan que hay pocos valencianos que no hayan derramado una lágrima al oír La Maredeueta, aunque nosotros recordamos más a la Piquer por Tatuaje: Era hermoso y rubio como la cerveza, / el pecho tatuado con un corazón, / en su voz amarga, había la tristeza / doliente y cansada del acordeón.
Hay algunos museos más, que también hemos visitado y os dejamos referenciados a continuación. De la Almoina ya os hablamos en este artículo, hemos encontrado interesantes centros culturales como el de La Beneficiencia, que alberga los museos de Prehistoria y de Etnología; el de Bancaja, en la actualidad con exposiciones que muestran obras de Picasso y de la Colección Lladró. Independientemente de lo expuesto, merece la pena visitar el del Carmen y el de La Nau para ver los claustros renacentistas. El Centro de Artesanía de la Comunidad Valenciana expone piezas de artesanos valencianos y propone rutas para ir a conocer su trabajo.
Para más información visita la página de Turismo de Valencia
Buenas me parece todo excelente yo estoy en venezuela y hace 6 a#os me encontre una roca macisa de 15 cm aproximadamente en un zona boscosa al lado de una laguna es muy brillosa pero tiene una imagen claramente visible de una persona parece la de un faraon quiero saber como hacersela llegar se le ven clramente los 2 hojos la boca la frente y le sobre sale lo que parece un turbante