Si en el artículo anterior nos dimos una vuelta por la comarca alicantina de la Marina Alta, hoy le toca el turno a la Marina Baja, donde la orografía se torna aún más abrupta, el paisaje va ascendiendo hasta escarpadas cumbres; las más elevadas de la provincia: la Sierra de Aitana, la de Bernia y el Puig Campana son los vigías de un destino, la Costa Blanca, que está muy acostumbrado a que la fama de sus aguas no deje ver sus montañas.
A las primeras calas de la Marina Baja llegan los bosques de pino mediterráneo, hasta casi tocar la orilla . Las calas como Fustera, Advocat, Pinets o Baladrar se van sucediendo hasta llegar a Altea, la localidad que mejor ha sabido aislar su casco antiguo de los grandes edificios de apartamentos. No es que no los tenga, pero al contrario de lo que ocurre en el resto del litoral aquí es el casco antiguo el que eclipsa a las impersonales construcciones. Las teselas azules y blancas de la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo son la representación de un mar que siempre le fue amable. Un mar del que nace todas las mañanas una luz especial, que durante años atrajo a artistas de diversa índole en busca de la inspiración necesaria para llenar sus lienzos, creando entre el suave soplo del llebeig.




En las playas de Altea la arena ha dejado paso al canto rodado. En una de ellas, la noche del sábado más cercano a San Lorenzo (10 de agosto), tiene lugar el Castell de l’Olla, un multitudinario espectáculo de fuegos artificiales lanzados desde el mar. Junto a la playa del Albir, ya en Alfàs del Pi, surgen buenas oportunidades para el senderismo por el Parque Natural de Sierra Helada. La ruta más suave lleva hasta el faro, desde donde se alcanza a ver todo el perfil del litoral de la Marina Baja. El trazado más exigente va cresteando por la sucesión de acantilados del parque hasta ver asomar los rascacielos de Benidorm.





Corría el año 1953 cuando un visionario alcalde se plantaba ante Franco para explicarle su idea de convertir el Benidorm de barcas y huertas en una combinación de sol y playa que despertaría el deseo en el resto de Europa. Con su empeño yendo de feria en feria vendiendo sol embotellado, convirtió a la pequeña localidad en una suerte de Babel en bikini. Habían llegado las suecas. Poco queda de aquel pequeño pueblo, pero Pedro Zaragoza demostró lo acertado de su modelo de turismo y de ordenación urbana que hoy sigue teniendo vigencia. Al construir hacia arriba, mucho, demasiado, pero apuntando al cielo, los magníficos espacios naturales que rodean a Benidorm quedaban a salvo. Como ejemplo la mencionada Sierra Helada.
Benidorm fue el resorte, el primer promotor turístico de la provincia. Aprovechando su particular microclima sigue ofreciendo un modelo turístico muy particular, pero que funciona durante todo el año. La playa de Levante se encuentra entre las mejores playas urbanas del mundo. A la otra gran playa, la de Poniente, le aplicaron un necesario lifting con la construcción del nuevo Paseo Marítimo, obra de los arquitectos Carlos Ferrater y Xavier Martí.




Villajoyosa, la capital del chocolate y de la Marina Baja, es conocida por su colorida fachada marítima y por sus fiestas. Durante la celebración de los Moros y Cristianos, en el mes de julio, las calles de la localidad son tomadas por las tropas cristianas y berberiscas. El día del Desembarco, que tiene lugar en la playa durante la madrugada del 28 de julio, llega el momento álgido de unas fiestas que tienen al fuego y la pólvora como protagonistas. Hacia el interior, las localidades de Polop, Callosa d’en Sarrià, famosa por sus nísperos y por las fuentes del Algar; Beniardà, a los pies del embalse de Guadalest; Relleu o Tàrbena son estupendas alternativas al sol y playa.
El Barceló Asia Gardens es uno de los hoteles más peculiares de España, un pedazo del continente asiático en el Mediterráneo. Tienen un interesante programa de siete días, llamado Saranrom, en el que ofrecen un completo plan de relax con sesiones diarias de masaje tradicional tailandés (realizados por masajistas tailandesas formadas en Wat Pho, el centro más prestigioso de Tailandia), tratamientos faciales, masaje podal, masaje balinés y exfoliaciones. Verdadero culto al cuerpo y al placer. También disponen de programas de menos días, como el Jankaseam de dos días, el Dusit de tres, el Kaigangwon de cuatro y el Rattanarangson de cinco días. Reservas en la web de Barceló.
Excelente articulo.. nombrando todas las bondades de la Marina Baja. Un breve repaso para todos aquellos que piensan que Benidorm es solo sol y playa y juerga y ya está.. nooooo!!! Benidorm es mucho más, por eso dicen qu todo el que viene una vez, vuelve más veces..
En efecto, Cristian. A mí me sorprendió mucho cuando estuve por allí, por toda la naturaleza que hay alrededor de Benidorm y el interior de la comarca. Pero es cierto que la imagen que se tiene de la zona está cargada de prejuicos y tópicos.