Conocemos Noruega como uno de los países más ricos y con mejor calidad de vida del mundo, también sabemos algo de su etapa anterior al asunto del petróleo relacionada con la pesca y la industria conservera. Pero su pasado, sus raíces son vikingas. Para conocer algo más de esa cultura nos podemos pasar por el Museo de los Barcos Vikingos de Oslo. Nada más entrar vemos el Oseberg, un barco encontrado encontrado en el año 1904. La embarcación formaba parte de una tumba muy ostentosa, ricamente equipada y ornamentada. En medio del barco se construyeron dos cámaras sepulcrales en las que enterraron a dos mujeres. Se encontró cubierto con arcilla y césped, así que al permanecer cerrado herméticamente los objetos de madera, tela y cuero llegaron hasta nuestros días en relativo buen estado, pese a tener más de 1.000 años. Los arqueólogos conservaron la madera húmeda para evitar que se rompiera y para poder trasladarla a Oslo desde la zona de la excavación de cara a iniciar los trabajos de recuperación, realmente laboriosos y complicados ya que se encontraron con un puzle de más de dos mil pedazos. Gracias a que fue construido con fuerte madera de roble fue posible la reconstrucción, calentando los trozos hallados con vapor para poder malear la madera y fijarla en su ubicación original. Aparecieron carro y trineos, zapatos, utensilios de cocina, camas y telares, entre otras piezas que nos permiten saber más de la cultura vikinga. Los objetos tenían tallados motivos animales principalmente, pero también un vikingo con barba y cabello bien peinado.
Del Oseberg que hoy podemos ver sólo la parte superior de la proa es de madera nueva, construida a semejanza del original ya que esos pedazos fueron demasiado frágiles y no aguantaron el paso del tiempo. Es una embarcación de 22 metros de eslora, con agujeros para los remos, en la que se cree que navegaban una treintena de tripulantes. No fue concebido como un barco ceremonial, sino que se usó para navegar y posteriormente se utilizó para el rito funerario. Uno de los trineos encontrados, expuesto también en el museo, fue reconstruido a partir de más de 1.000 trozos. Se sabe que tenía patines y que fue tirado por caballos. El carro encontrado en el Oseberg es el único que se conoce de la época vikinga noruega. Se especula con que fuera utilizado por mujeres de elevada posición social para viajar o, incluso, para procesiones religiosas. En la rica decoración tallada podemos observar a Gunnar en el pozo de las serpientes, una escena protagonizada por un perro, un hombre, una mujer a pie y un jinete, que probablemente hable de algún tipo de leyenda.
En la tumba había también doce caballos sacrificados, tres arcas -pieza muy importante ya que no había muebles y todas las pertenencias se guardaban allí- y los esqueletos de dos mujeres.
La minuciosidad de los arqueólogos ha llegado a concluir que una de las mujeres tenía de 20 a 30 años y la otra unos 50, con señales de haber padecido artritis. También sabemos que eran de alta posición por los objetos encontrados, todos de gran calidad, y que probablemente pertenecían a la dinastía Yngling, que reinó en Vestfold. Se especula sobre la posibilidad de que la mujer mayor fuera la reina Åsa, única mujer referenciada en los escritos que se conservan sobre esa dinastía.
Al reino de los muertos se viajaba con todo el equipo completo de cocina, como sartenes y calderos, así como con comida: se mataron dos bueyes, había masa para pan y manzanas en un cubo de latón. Los tejidos conservados, de lana y de seda ya que los de lino se perdieron, nos dan información sobre el tipo de prendas que vestían los vikingos y la utilidad de las mismas.
El otro barco que se conserva en buen estado, el Gokstad, fue encontrado en 1880 al norte de Sandefjord, en mejor estado aún que el Oseberg y con objetos mejor conservados. El esqueleto hallado en este caso pertenece a un hombre, un caudillo de unos 60 años de edad en el momento de su muerte. Se sabe que la tumba había sido saqueada en siglos pasados. Si en el Oseberg se encontraron trineos y carros, en el Gokstad aparecieron un trineo y tres barcas que hablan de una posible pasión por navegar del caudillo. Las barcas tradicionales que se siguen utilizando en el oeste de Noruega se siguen pareciendo al Gokstad.
Las embarcaciones fueron bautizadas con el nombre del lugar donde se hallaron. El barco conocido como Tune es el que presenta un peor estado, aunque se sabe que fue un buen barco que surcó las aguas del norte entre los años 850-900 de nuestra era.
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