La región de Auvernia tiene más de 200 volcanes en la Chaîne des Puys, un eje montañoso de algo más de treinta kilómetros. Dato bien conocido por las aves que utilizan cada año esa autopista migratoria. Cuando tuvieron lugar las últimas erupciones en la región de Auvernia, quedaron repartidas por toda la zona una serie de chimeneas volcánicas, la más conocida es la coronada por la capilla de Saint-Michel, en Le Puy-en-Velay.
Al pie de uno de esos volcanes, el Puy de Dôme, se encuentra Vulcania, el Parque Europeo del Vulcanismo, que abrió sus puertas en el año 2002.



Lo primero que te cuentan en Vulcania es que existen varias clases de volcanes. Los hay de tipo Estrómboli, cuyo cono está formado por pouzzolane, un tipo de escoria volcánica; el peleano, que se forma por extrusión de lava (el Puy de Dôme es un ejemplo), y los tipo maar, que son depresiones en las que se forman lagos. En el exterior del parque se encuentra la reproducción de un cráter de 38 metros de profundidad, primer contacto con lo que espera en las diferentes salas.
La atracción Misión Toba es una de las más espectaculares. Se trata de la simulación de la erupción del monte Toba. Tras pasar la entrada, te paran unos minutos ante la puerta para explicarte la historia del supervolcán indonesio. Va sonando música de tambores, acordes tribales para hacerte entrar en ambiente.
Los antropólogos coinciden en que si hubo un momento en que la humanidad estuvo en peligro, ése fue el de la erupción del Monte Toba, que tuvo lugar hace unos 74.000 años.
La erupción fue la punta del iceberg de las consecuencias que vinieron a continuación: reducción de las especies animales hasta un número alarmante, lluvias ácidas debidas al ácido sulfúrico liberado que duraron años, se vivió un invierno de más de seis años debido a que las cenizas arrojadas no dejaban pasar los rayos solares y, por tanto, la temperatura descendió una media de 3 grados. Una hipotética epidemia causada por cualquier tipo de virus hubiera acabado con la vida en el planeta.


Los volcanes también se diferencian entre efusivos y explosivos. Los primeros vendrían a ser el equivalente al efecto fabada: poca lava y muchos gases. Los explosivos no creo que haga falta explicarlos. Las salas con atracciones están acompañadas de efectos especiales, sonidos y movimiento de los asientos o de las cabinas desde las que se asiste a las proyecciones o espctáculos.
El parque conserva parte de la colección de los objetos (blocs de notas, dibujos, alguna cámara) de Maurice y Katia Krafft, vulcanólogos pioneros en documentar y fotografiar erupciones. Tanto se acercaron a los volcanes que en 1991 les sorprendieron, junto a 40 periodistas, las emanaciones de flujo piroclástico del monte Unzen (Japón) y murieron en el acto. El día antes, Maurice había hecho unas proféticas declaraciones a National Geographic. Contaba que no tenía miedo, que había visto tantas erupciones en 23 años que no le importaría morir al día siguiente.




Las visitas a Vulcania son recomendables para todas las edades, si bien advierten al entrar en cada atracción de la prohibición de uso para gente con problemas de salud y mujeres embarazadas. Tienen disponibles audioguías en español y su página web también puede consultarse en nuestro idioma.
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