En Flandes, el cómic no es sólo un entretenimiento de los más jóvenes sino un verdadero fenómeno cultural, social y económico. Por todas partes encontramos referencias al Noveno Arte: museos, tiendas, monumentos y fachadas pintadas que muestran la pasión que se siente en Flandes por esta forma de contar historias. Puede decirse que Bruselas es la capital mundial del cómic. Los aficionados tienen dos visitas obligatorias: el Museo del Cómic y el Museo de Figuritas Originales. Además, por toda la ciudad hay fachadas medianeras pintadas con escenas en las que diferentes personajes del cómic alegran un paseo por las calles y ofrecen una visión diferente de la decoración y conservación de espacios públicos. Y no sólo está Tintín, hay más de 40 murales que harán las delicias de los aficionados.
Y por supuesto, están las librerías —con libros nuevos o de segunda mano— y las tiendas que ofrecen todo un mundo de figuritas, carteles, llaveros, juegos, ropa y cualquier artículo que pueda estar relacionado con las historias dibujadas y sus personajes.
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