Cuando el diario británico The Guardian se planteó una serie periodística sobre las cosas que funcionan bien en el mundo, The Upside, la inauguró con Finlandia. No lo dudó. Quería saber por qué es el país más seguro, estable y feliz del mundo.
Luego tenemos al cineasta Aki Kaurismäki, claro, siempre tan empeñado en que la realidad no le estropee una buena película, en mostrarnos la desesperanza de los solitarios, la pandemia del alcoholismo, el retrato de la Finlandia proletaria. “De acuerdo con la gente de la Oficina nacional de Turismo, he destruido con mis películas decenas de años de trabajo de promoción de la imagen del país. Espero que sea cierto, porque en sus folletos Finlandia estaba representada por un reno corriendo como un poseso delante de una puesta de sol con una botella de vodka en la boca”, dice el genial cascarrabias con conciencia social.
En el último folleto que vende la imagen de Finlandia lo primero que ves son cinco culos. Son los traseros de cinco hombres desnudos en mitad de un lago que disfrutan abrazados de una aurora boreal en el cielo. En una suerte de realismo mágico nórdico, la foto mezcla de forma hilarante las estaciones, el invierno con el verano: hay aurora boreal pero también sol de medianoche y ni rastro de hielo en el agua. A continuación, el folleto explica los pasos para ser felices como un finés. Y todos ellos apuntan a la Laponia finlandesa, en el extremo norte de Europa.
Una buena vía de entrada para abordar la Laponia finlandesa es Kuusamo, en la frontera con el círculo polar ártico. Tiene un aeropuerto pequeño, llegas caminando entre montones de nieve desde la escalera del avión hasta la cinta de equipajes, pero está bien conectado con Helsinki. Resulta sencillo distinguir las estaciones. Un día de verano puede durar tres meses. Si el sol no se pone en verano, durante el invierno las auroras boreales brillan una de cada dos noches claras. La probabilidad de verlas en Helsinki es del 5% entre octubre y marzo, mientras que en Kuusamo y las tierras árticas asciende al 50%. Se necesitan tres cosas:
1) auroras –obvio–.
2) oscuridad –ay, ese folleto–.
3) cielo despejado: si no puedes ver las estrellas, no verás las auroras.
Hay páginas en Internet como Auroras now! muy útiles para anticiparse y cazar auroras boreales. Un truco consiste en que si tú no puedes verlas porque no están lo suficientemente definidas, lo haga una máquina por ti: las cámaras fotográficas réflex las pueden cazar aunque tú apenas las intuyas en el horizonte gracias a las fotografías de larga exposición.
Cerca de Kuusamo, a 45 minutos de carretera hacia el norte, se encuentra el Parque Nacional de Oulanka, uno de los más hermosos de Finlandia. Por aquí transcurre la Ruta del Oso o Karhunkierros, una ruta de senderismo de 82 kilómetros que se suele recorrer en cuatro o cinco días y cuenta con diferentes refugios de madera repartidos por el recorrido. Algunas cabañas tradicionales son sólo accesibles desde el río y en canoa. Tiene una alternativa más breve, Pieni Karhunkierros, de 12 kilómetros, que sigue los rápidos del río Kitkajoki y sortea los meandros con puentes colgantes en mitad de la taiga o bosque boreal. Entre octubre y mayo las travesías se hacen con raquetas de nieve. En el camino se puede avistar alces, renos y osos; también lobos, linces y rusos. La frontera rusa se encuentra a apenas diez kilómetros.
El pasatiempo favorito de los vecinos de Kuusamo es pescar en un lago helado. Hay torneos, competiciones, piques. Algunos reúnen hasta 300 pescadores en el mismo lago. También hay más de 400 kilómetros de pistas de esquí de fondo. La temporada de esquí dura 200 días. Ruka ha sido elegida la mejor estación de esquí de Finlandia los últimos cuatro años, y en Finlandia saben del tema. En realidad es el lugar para hacer lo que no harías en otras latitudes: organizar safaris en moto de nieve, subirte a trineos de renos o de huskies, enfundarte un mono térmico y meterte en ríos de corrientes árticas.
Uno de los pasos que conducen a la felicidad –asegura el folleto– consiste en nadar en un lago de nieve. Finlandia es un bosque gigantesco con alguna que otra zona poblada. Es el país con menor densidad de población de la Unión Europea, 16 habitantes por km2, donde el 75 por ciento de la superficie lo ocupan bosques boreales. El resto son lagos, islas y saunas. Lo llaman la ‘Tierra de los mil lagos’, quizá por timidez: en total hay 187.888. Sólo en la Laponia finlandesa se encuentran 19.923 lagos. Es un paraíso de piscinas naturales. Y en esta parte del país hay siete u ocho meses de nieve al año. La costumbre consiste en abrir un agujero en el lago helado y bañarte. La explicación de la dicha, más que científica, es sencilla: lo a gusto que te quedas en cuanto sales.
Otro paso hacia la felicidad: la sauna. Del baño en aguas gélidas al hábito de encerrarse de forma voluntaria en cámaras estancas a 90ºC. En Finlandia hay más de tres millones de saunas, aproximadamente 1.5 saunas por cada dos ciudadanos. Es una institución nacional, tan importante como el fútbol en Brasil o el té en Londres. Hasta la noria que domina el skyland de Helsinki tiene una cabina con sauna. También el Parlamento. Incluso un paisano se construyó una sauna privada en pleno Parque Nacional de Oulanka junto al río. Hay saunas de leña, saunas eléctricas, saunas de humo y en Kuusamo, además, saunas de hielo. Son esculturas construidas en la nieve con gruesos bloques de hielo, en ocasiones junto a un lago para disfrutar luego del chapuzón. Son las más suaves: el calor húmedo se agradece. Y las menos sensuales, porque lo suyo es entrar con unos calcetines.
La capital de la Laponia finlandesa, Rovaniemi, está situada a 200 kilómetros al noroeste de Kuusamo justo en la línea imaginaria que marca el círculo polar ártico. Y donde tiene su residencia otra figura igual de imaginada: Papa Noel. A ocho kilómetros del centro y muy cerca del principal aeropuerto se encuentra ‘Santa Park’, el hogar de Santa Claus, un centro comercial disfrazado de parque temático excavado en la roca donde todo tiene un precio, incluido el propio Papa Noel, que ofrece tarifas personalizadas para aquellos que prefieran visitas privadas. El año pasado en Rovaniemi durmieron casi medio millón de personas y su aeropuerto movió a 579.000 pasajeros. Si no todos, buena parte de ellos se sentó en el regazo de Papa Noel.
Un sureño finlandés como Kaurismäki ha encontrado la felicidad en el norte de Portugal, donde vive desde hace lustros. Antes de mudarse fundó con su hermano Mika Kaurismäki el mejor festival de cine de Finlandia. Lo hizo, claro, en Laponia. Cada mes de junio se celebra en Sodankylä, 120 kilómetros al norte del círculo polar ártico, el Midnight Sun Film Festival. Desde 1986 se han acercado figuras como Bertrand Tavernier, Jim Jarmusch, Agnieszka Holland, Costa-Gavras, Nanni Moretti, Milos Forman, Kusturica… Las películas se exhiben en cuatro salas las 24 horas del día. Fuera el sol brilla con la misma intensidad a las 3 de la mañana que a las 3 de la tarde. Aquí en verano luce el sol de medianoche, como en la postal del folleto finlandés.
Texto: David Granda / Fotos: Kris Ubach
Guía de viaje
Cómo llegar
Desde España (Barcelona, Madrid, Alicante y Málaga), Finnair conecta vía Helsinki con todos los aeropuertos de la Laponia finlandesa. A Rovaniemi vuela a diario y a Kuusamo, cinco veces por semana. Hay vuelos tanto a Kuusamo como a Rovaniemi desde 355€ ida y vuelta, tasas incluidas (se pueden encontrar ofertas puntuales con billetes a 299€ en fechas concretas). Durante el próximo invierno 2018-2019 añadirá más de 230 vuelos a esta zona del país. En total, se ofrecerán 482.000 asientos a Laponia. Más información y reservas en la página de Finnair.
Direcciones útiles:
Si lo que quieres es que te planifiquen el viaje a la Laponia finlandesa, desde los billetes de avión, hasta el alojamiento en cabañas y las excursiones, visita la página de Catai.
Para saber de antemano qué actividades se pueden preparar en este entorno privilegiado consulta la página de Ruka Adventures.
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